Arcoíris perfecto
Cruce temible debía andar semejante a una casa de terror.
Al paso, el corazón se estremecía y la sangre se escarchaba.
El asiento de las emociones parecía frágil y quebrantado,
Y la luz al final del camino era ilusión muerta entre espinas.
Sendero eterno parecía a los pies endebles que no respondían,
Ojos y oídos a penas abiertos para no perder el hilo consolador.
Confusión de murmullos y roces en el destierro de la alegría,
Cadena perpetua el tiempo sentido en el túnel del tormento.
Se encubre la soledad como amiga única ante la flagelación,
Mas la angustia no cuenta con el socorro fiel de mi esposo.
Él renueva los caminos, y los adorna de vida con propósito.
Borra el hoyo negro del dolor, y pinta arcoíris perfecto de amor.
"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.
En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo." Jn. 16:33
El corazón de Coral no regresará
Escuchaste la voz de los demonios a quienes abriste las puertas de tu mente y tu corazón. Cambiaste repentinamente el amor por el odio, por la ira y por impulsos maléficos que destruyeron tu idilio con ella. Las huestes de maldad no te dejaban escuchar… con amor te abrió el corazón, para que comprendieras que tenia tu nombre inscrito en el espacio donde el cielo consintió, aprobación para amar a un hombre… pero no viste más que tu propia opinión, no escuchaste más que tu propia voz, distorsionada, errada, enferma… y la llevaste ante la muchedumbre… desenmascaraste falsa verdad… ellos te ayudaron a enterrarla, los acompañaste en su rezo infernal, profiriendo engaño, traición, culpa y maldad… te uniste a ellos sin recordar su entrega mutua y sus promesas de amor… tiraste la primera piedra… y ellos te siguieron… ella te decía: mi amor, nunca te falte… escucha mi voz, sabes que te amo… por favor, no dejes que me maten… ayúdame amado mío, ten piedad, sabes que mi vida está en tus manos, que fuera de ti no hay mas, defiéndeme de las manos asesinas, amor de mis amores perdóname la vida… solo ella escuchaba su voz como en una burbuja espacial… después de muchas piedras… expiró… abonando la semilla con su sangre… descansando su carita en la tierra, ya con expresión de agradecimiento a Dios porque todo había terminado… Se detuvo el tiempo en su último suspiro… y entonces otras huestes te hablaron de nuevo… se burlaban de ti diciendo: esa mujer que ves ahí… la que te fue dada para cumplir tu sueño de amor, preparado su corazón para darse a ti… y ahora muerto... nunca te faltó, hasta su último latido, solo tuya fue, sin compartir el alma con otro varón…y cerrando sus ojos a la eternidad, tu maldad perdonó… perverso hombre ¿Qué harás ahora con tu soledad?... ¿como la traerás de regreso a la vida?, jajajajajajajajajaja, gozaba Lucifer…te engañé vociferaba, te engañé… te tiraste a su lado, rascaste la tierra para sacar a tu mujer, la llamabas a gritos, despierta Coral, despierta… ahora sé que no mentías, ahora comprendo que tu corazón no compartías… Ay, ay, ay, ay, gritaba el hombre su amargura, mientras se le desgarraba el espíritu… enterró a Coral pero su días nunca más fueron igual.
Un beso salvador
Un beso se ha convertido en necesidad.
El vacío arrastra a la vida que pide rescate.
El hielo del alma duele, y busca socorro.
Los sueños se pierden en el abandono,
y los días son semejantes a río seco,
el árido bosque conoce el sentimiento.
Un beso se ha convertido en necesidad.
La aurora colecciona sus llegadas imaginarias,
las noches se unen a la memoria, a la nostalgia
de aquellas sendas donde los labios florecían
y podían los deseos encantarse con su gracia.
El yugo es pesado y no soporta eternidad.
El tiempo ha dejado de ser amigo de los sueños.
La vista de la esperanza se acorta, no tendrá remedio.
Los labios pasan de lejos, y son ajenos a la necesidad.
Un beso salvador, haría hoy la diferencia de amar.
Nació mi amor muerto
Tres décadas y media
bastaron para darme cuenta.
La marea me arrastró
y fui comida de anguilas.
El avión en el que viajaba
explotó en mil pedazos
y quede en cenizas.
Crucé una avenida concurrida
y un camión extirpó mis viseras.
Un terremoto se dió,
y bajo escombros mi humanidad quedó.
Un incendio fulminó mi casa,
y no logré salir de la terraza.
Fui mordida de culebras venenosas
mi cuerpo sollozó y colapsó.
Me perdí en el desierto
y la sed en poco tiempo me consumió.
La metástasis invadió mis órganos
y por completo me pudrió.
Fui puesta en un paredón,
una tropa de soldados me fusiló
y quede como animal descompuesto.
En la carcel fui torturada
y no dejaron de mi vida aliento.
Escalando una montaña helada
me enterró una avalancha nevada,
y no sobreviví para escribir el cuento.
Tres décadas y media
bastaron para darme cuenta
que me dí tanto y nunca se sintió
porque mi amor nació muerto.
Ha llegado el tiempo
de hacer vela y entierro,
cerrar el ciclo del duelo
y dejar en paz a los muertos.
Yin y yang perfectos
Ninguno descubrió su verdad por la palabra,
los deseos murmuraban en códigos secretos
a la mirada de fortaleza fingida y silente,
analfabeta del lenguaje fiel del recuerdo.
El adiós era inminente, cerrar la puerta
era pertinente ante el despertar de las dudas.
Empezaban a clarear las ganas camufladas
entre justificaciones absurdas al sentimiento.
El momento pedía ser redimido por el actuar,
tu mano en mis caderas reclamó por los dos,
el encuentro que la emoción descubrió,
sin más reserva, sin fríos y estériles rodeos.
La noche se vistió de encanto para el amor,
intrépidos besos inspiraron el versar físico,
con destello de luces en cada poro abierto
por el prodigio del yin y el yang perfectos.
Amor verdadero
El milagro del amor se reveló frente a mí,
cuando tus labios me besaron apasionados.
Tus manos acariciando mi silueta confirmó
que la espera se consumó con tu presencia.
Fue perfecto el sabio designio del tiempo.
Leyenda el escrito de nuestro encuentro.
Días de complacencias y fracasos amorosos,
románticamente alertaron al sentimiento.
Esculpido en tu frente estaba mi nombre,
y en tu pecho brillaba el reflejo de mi corazón.
Tu piel era la llave de mi cuerpo ardiente,
y tus palabras sello eterno del verdadero amor.
Saber que existes me basta para ser feliz,
pensar que mi amor tiene rostro es glorioso,
y escribir poemas de amor en tu nombre,
es fuente de inspiración y vida con propósito.
Vacío en el adiós
Cambia su traje la naturaleza,
el mundo da vueltas y tiene
muertes lentas y renuevos,
que tú y yo no compartimos.
Tiempo y distancia silentes,
prioridades y sano juicio
que borran la feliz unión
de tu camino y el mío.
Aún es posible hacer
un paréntesis en la realidad,
mientras se sueña con el futuro
en un encuentro fugaz.
Alborozado el amor acude…
Presa tienen las palabras,
disimula la mirada su emoción.
Otra vez hay vacio en el adiós.
¿Qué más le da a la princesa?
Tenue la luz que alumbra su cuna emocional,
se ha perdido en el silencio del tiempo muerto.
Sus recuerdos vagan en el anhelo del pasado,
y sus lágrimas se vierten en moldes de dolor.
Apenas palpita su corazón para conservarle la vida.
En letargo de días menguó su sonrisa de miel,
y su mirada se extravió en amaneceres grises,
arrebatada por vacíos del alma en pena.
No más eco en su morada que el desconsuelo,
acompañado de un mecer instintivo, sin sentido.
Olor a muerte en vida plena su desgarrado atavío,
sin esperanzas en la entrada de su aposento.
Vida, muerte, ¿Qué más le da a la princesa?
El romance con renuevo no fue creado para ella.
Mujer de mil facetas, menos enamorada doncella.
Renuncia irrevocable de mujer
El universo pasa frente mí,
extranjero de mi propia experiencia.
Las escenas de congojas y regocijos,
tienen ahora otras estrellas.
En la arena del reloj, se difuminó
el sentido de pertenencia.
Ni sonrisas, ni amargos sollozos
me aturden en esta sombría plena.
El olvido se burla del pensamiento,
El frio del alma juega con el recuerdo.
La marea subió, no hay más corazones
dibujados en mi playa de ilusión.
Hoy guardo silencio…
por lo que amé y no fue,
por el futuro que cierra sus puertas.
Renuncia irrevocable de mujer.
Si me dices que sí
Si me dices que sí
el corazón me harás saltar
y la sangre correrá por mis venas
a la velocidad de un cometa.
Tu mirada por primera vez enamorada
encenderá la llama
de este amor que por ti clama.
Si me dices que sí
no bajaré estrellas para ti
porque tú eres la constelación más bella.
Alborada anhelada,
por fin llegas con tu sonrisa tierna,
para cantar pasiones
a mi alma ilusionada.
Si me dices que sí
mis campos se cubrirán de flores.
Tus manos en las mías
serán eterna primavera de amores.
El silencio dejará de ser
en mis pensamientos.
Me darás mil razones
para cubrir de versos tu universo.
Si me dices que sí,
la magia y el encanto nos colmarán.
Tú, princesa de cuento de hadas,
alegrarás mis días,
y me harás soñar despierto,
cuando te recuerde en mis madrugadas.
Apresura tus palabras,
Si me dices que sí
Te declararé mi reina amada.
(Regalo a un amigo, para usarlo en su primera declaración de amor)