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CORAZÓN CAMPESINO
Sonreía con las frases más sublimes Después de eso camino tan obscuro, Y mismo cuando tengo el que aseguro De veras otro paso allá estimes,
Dolores conocidos, no más rimes, El canto se moldara en tiempo escuro, Y siempre que salidas yo procuro, En cuanto sigo errático, redimes.
El tímido desfile de ilusiones, Sin ni tener siquiera direcciones Naturalmente busco una palabra
Diversa que pudiera me traer Algún instante raro de placer, Corazón campesino en vano labra…
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Poeta
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CLARIDAD
Una dulce presencia tras las tantas Que otrora cambiaran la existencia Y así del gran amor tomo ciencia Viviendo lo que ahora me adelantas,
Duelos entre rumos y levantas Las tramas que pudieran, consistencia Al mantener mis pasos en cadencia Las horas ya presumo, bellas, santas.
Mirase esa alba clara en la mañana Matices tan diversos del brumoso Camino del pasado, melindroso,
Las muchedumbres vagan, luz se entraña Tomando sin defesa, inmensidad, Fluyendo en horizonte, claridad…
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Poeta
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En el ocaso, veo mis temores, La lluvia en el crepúsculo domina La senda que pensara cristalina, Sin mismo me librar de esos dolores,
Las rosas mitigasen con olores Sublimes lo que ahora se extermina, Caballo sin su freno, más ladina, La vida no presume entonces flores,
La dulce fantasía se perdiera Apenas resta viva antigua hiera Traicionera, venal y vengativa,
El muslo se ha rompido, solo sigo, Deseo más no tengo y el desabrigo Transforma mí poesía, en fin, cativa.
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Poeta
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MI JUVENTUD
¿Adónde se escondió mí juventud? No dejo más siquiera alguno trazo, Y cuando me procuro ya no trazo, La vida se embriaga en solitud,
Aunque se cayó, el mero instinto, No veo ni tampoco un viejo freno, El mundo que pensara claro y bueno, Desvenda solamente el sueño extinto.
¿Mármoles y granitos? Ni señal, La tímida expresión se perdería, Y el todo que se tenga es fantasía, Antiguo e ya deshecho madrigal.
Un juego que se tente en nueva suerte, Traduce en lo final, la ruda muerte.
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Poeta
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ÁGUA BARRENTA
Lavadeira menina, na beira do rio... Trouxa e sabão parecem tua sina Logo pela manhã te aqueces do frio Das rotinas esfregadas, lavadeira menina;
De sorte que o sertão de Pernambuco Mais judia o sol que fascina Volta os trapos quase enxuto No balaio na cabeça da menina;
São dez irmãos e muita peça feminina Na trilha que desconfia teus pés A caminho do rio, lavadeira menina;
E voltas do trabalho árduo, como aguenta! São muitas as tuas lavadas Por causa desta água barrenta.
(soneto)
Pelo autor Marcelo Henrique Zacarelli Dezembro de 2008 no dia 23 Village Itaquá
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Poeta
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