Niégame…
Niégame con las fuerzas de tu vida
si al hacerlo me niegas del pasado,
porque al negarme así desparecen heridas,
cicatriza el mal de amor que has causado.

Pero niégame una y mil veces ¡maldita!
Maldigo la hora del tiempo consumido
dedicado amarte, mas sin embargo ahorita
me dejas caer dentro del abismo, vencido.

Niégame…
Alocado corazón la hiel viertes en un derroche
de artificio de pasiones que hieren con dolor y pena.
Te ríes a carcajadas del abobado fantoche
quien vive dentro del alma la falsedad que le llena.

¡Hipócrita, eres solo eso, amor tramposo!
¿Para qué negar la difícil mentira que no puedo eludir?
Si se pudiese llamar amor ese cuchillo filoso
que portas por corazón y solo causa sufrir.

Niégame… ¡Niégame hasta que la noche muera!
El final no llegará, aunque así tú lo quisieras.
Niégame con esa furia virulenta que me lacera,
partiéndome el alma en dos ¡quién lo dijera!

Julio Medina
24 de octubre del 2011