Lo que haría sin ti
Lo que sin ti yo podría hacer;
Podría despertar por las mañanas,
Podría soñar cada una de las noches,
Haría casi todas las cosas;
Podría descubrir todos los rincones
y podría sentarme a pensar ahí.
Todo lo que podría,
Todo eso es lo que tal vez yo haría,
Pero tan solo es que no quiero hacerlo;
No es lo mismo despertar
Si no es en cada mañana tuya,
Tampoco soñar si no es con tu sonrisa hermosa.
Nada quiero descubrir
Si es que no puedo compartirlo contigo;
tampoco quisiera sentarme a pensar ahí
Porque no pensaría en nada que no sea en ti
Y tampoco tengo otro sentimiento
Que éste inmenso amor por ti.
Nada quiero hacer, si es que debo hacerlo sin ti.
Héctor Humberto García Herrera
Lo que eres para mí
Eres de aquellos recuerdos,
Esos que te hacen reír
Y de esos que te hacen llorar
Tan solo porque te sientes feliz.
Eres de esos amores
Que son tan hermosos;
Aquellos que son tan inmensos;
Esos que no puedes contener.
Eres causa de esos sentimientos
Que nunca quiero dejar de sentir
Que nunca quisiera perder,
Eres la fuerza que me hace vivir.
Eres de esos sueños tan intensos
Que cuando sueño que te podría perder
Me despierto tan asustado
Y con ganas de correr a donde estés
Tan solo para mirar que sigues aquí
Cada noche, cada mañana, cada minuto,
En cada instante eres todo para mí.
Héctor Humberto García Herrera
Este extraño sitio
Estoy cansado de la vida intermitente;
De los retornos inconclusos;
De los mismos árboles de color de mariposa,
Y el mismo aire con sonido de ave silvestre;
De caminar a base de suspiros esperanzados
Y abriéndome los pasos entre la niebla espesa.
Tantas veces he corrido por estos senderos,
Hasta el grado de tocarlos con la memoria.
Tantas veces he corrido por estos caminos,
Con los ojos frescos, fijos en una vereda;
Con pensamiento delirante, fijo en una promesa;
Con recuerdos vagos de una rutina;
Con deseos descabellados de acariciar tu espejismo;
De retroceder a tu sonrisa; cuando vencí mi tristeza.
Es el aire de este bosque oscuro; de este lúgubre sendero;
El que me incrusta el deseo de besar tú belleza,
Aún cuando sé que en los sueños está tú presencia.
Es por el ambiente de este extraño campo donde camino;
Aquí; un durazno puede tener sabor de manzana
Y tus labios pueden tener exquisito sabor de vino.
Lo sé; todo es extraño porque tan solo me lo imagino,
Porque la realidad es que el durazno sabe a durazno,
Y la verdad es que a miel saben tus labios.
Héctor Hmberto García Herrera
Mi existencia
Por fin la tormenta
Me trajo el conocimiento.
Conocí los placeres, las tristezas y los desdenes;
Ya no hay nada por conocer,
La vida es una fruta, una flor o una piedra dura.
Nacimos para morir,
No vivimos para otra cosa.
Es el fin de nuestra existencia.
Hay quienes aman,
Quienes se olvidan,
Hay quienes quieren
Y hay los que nunca lloran.
Los locos y los idiotas,
Los inteligentes y los que nunca aprenden,
Pero todos, todos…
A la tierra vuelven;
De donde no pudieron escapar jamás.
Tarde o temprano compartiremos la misma mesa
Con la tierra y sus gusanos.
¿Por qué no antes que después?
La vida es un libro inconcluso
Que sin deseo se concluye.
Quiero ser quien concluya mi historia
Quiero ser quien concluya las obras
Y que después no conozca el final,
Que no sepa si el mar se comió a la tierra
O si la tierra se tragó mi corazón.
Estoy triste y estoy cansado.
No quiero un libro que me enseñe,
Sino uno que me haga olvidar
Lo que he aprendido
y que no me deja descansar.
Héctor Humberto García Herrera
Hola, estoy de regreso jejeje, éste poema lo escribí hace unos años cuando sentía una tristeza muy profunda, sentía que ya nada tenía sentido, y lo publico para decirles que estaba equivocado, no voy a mentirles diciendo que encontré las respuestas en una religión, estaría mintiendo, encontré las respuestas en mi propia familia y a mi alrededor, abrí los ojos y me di cuenta que mi hija es mi fortaleza y mi familia una enorme razón para tenerme aquí y seguir compartiendo las enormes felicidades que me han llegado desde aquel día en que decidí seguir adelante. un gran saludo y abrazo a toda esta hermosa comunidad.
¡Ante todo!
Es el juego de tres,
De cinco o tal vez sea de diez.
De incontables noches,
De mentiras innumerables
Y disimulados reproches.
Ante mis ojos ciegos bien te puedes ocultar,
¡Pero jamás ante la verdad!
¡Jamás ante tu desconocida moral!
¡Jamás ante la conciencia de lo que esta mal!
Y siempre la verdad saldrá, de la nada, de sorpresa;
Tal cual lo hace la estrella fugaz.
Puede que mi corazón cegado lo pueda olvidar,
Insistiéndome en que te puedo amar,
En que el amor es perdonar,
Pero ante todo siempre estaría la verdad,
La conciencia y la moral
Y por tanto no te puedo perdonar jamás.
Desde entonces me pregunto en las noches
¿Que habita en tu corazón,
Que lastima al que te quiere;
Que destroza toda ilusión?
¡No importa!, no creo, no pienso olvidar,
Así como no olvido este desdichado amor,
No he de olvidar esta inmunda traición.
Héctor Humberto García Herrera
Habitando una isla
He dedicado a este amor más de una vida
Y aislado he quedado en mi noche de día.
Tantas olas a la orilla de esta isla;
Han teñido mis sueños con la bruma.
Tanto azul a la vista; tanta inmensidad me asusta.
Cansado de escribirle a una estrella tan lejana,
La cual miro desde una tierra desolada;
Ahora y después de tanto
Quiero mirar más allá de ésta playa,
Que el sol no se hunda en lo profundo de éste mar.
No quiero habitar más ésta isla,
No quiero sentir ésta arena ni un segundo más.
Las tardes inundadas de nostalgia me consumen.
Las noches vestidas de elegante soledad me enloquecen
Y de las mañanas ¿que más puedo decirles?
Es su alba; la sentencia de mi alegría desganada.
Sólo hoy
En malos tiempos; hay más allá de ese cielo negro;
En malos tiempos; hay más allá de ese mar.
Hay más que una pena; hay más allá del dolor.
Sólo hoy las cosas están mal, pero es sólo hoy,
Porque hay más allá de un solitario sentimiento,
Porque en ésta vida hay más allá de un amor.
Solo será hoy mi palabra contra tu resistencia,
Solo será hoy mi resistencia contra tu mirar,
Solo será hoy mi incansable lucha por ti mi amada,
Solo hoy no podré soportar que no seas mía jamás.
Solo hoy será el día en que de mi alma vivirás
Solo hoy será el día que me mires con piedad,
Solo hoy será ese día en que escuches mi dolor,
Solo hoy, porque mañana; mañana ya no estarás.
Por que mañana te hallarás, lejos; exiliada de mí ser.
Porque mañana te hallarás desterrada de mis besos
Y desahuciada eternamente de cada espacio de mi piel.
¡Claro que te amo! pero no sufriré más por tu desdén.
Héctor Humberto García Herrera
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No se que título ponerle :s
Quisiera cerrar los ojos
Y que todo el mundo comenzara de nuevo.
Quisiera ser lluvia: para caer
Con boleto seguro de regreso hacia el cielo.
Quisiera ser montaña indoblegable.
Quisiera ser olvido cercano.
Quisiera ser destino compasivo.
Quisiera ser suerte; de la buena.
Quisiera ser ojo ciego
Para no ver lo que sucede;
Para no saber lo que puede suceder;
Para no saber cuando alguien muere
O cuando alguien vive sin quererlo;
Para no crear la libertad corrompida.
Para no creer en el amor dramatizado.
Para no saber de la sangre derramada…
Para no ver el cuerpo martirizado.
Somos tan cobardes ante la verdad.
Tanto la buscamos y hoy le tememos tanto;
Hoy que estamos en paz;
No nos apasiona nada, más que la guerra.
Tanto exigimos libertad, la obtuvimos y vivimos;
Hoy, pareciera que no la queremos;
Que añoramos el frío de una cadena.
Ya no queremos la libertad de elegir la paz,
Para no sentirnos culpables.
Ya no queremos la libertad de elegir la guerra,
¿Para que declararnos “cobardes”?
Todos luchan contra el hambre comiéndose al mundo.
Todos lloran sangre por culpa de asesinos criados en casa.
Todos hacen la guerra al cuerpo; todos; contra un espejo.
Todos, confundidos, luchamos contra el mañana
Creyendo que es el camino hacia el próximo año.
¡Pobre pureza, pobre mundo de broma!
¡Pobre inteligencia de ornato!
¡Que ya nadie lo diga, que siento vergüenza!
Héctor Humberto García Herrera
A mi princesa
Hija mía,
Si es que aún me permites llamarte así,
Pues yo sé que aunque apenas tienes siete añitos;
Eres una niña tan inteligente, tan astuta,
Más independiente lo que cualquier papá quisiese;
La última vez que hablamos
Escuche en tu voz una enorme ira,
Ira que yo sé que no es de ti,
Y me lastima tanto escucharte hablar así.
Yo sé que eres una niña tierna,
Eres tan dulce y dócil, pero valiente,
Por eso sabes entrar en los corazones
De cualquiera que aparece en tu vida.
Solo quería decirte mi corazón;
Que en la vida tomamos muchas decisiones,
Es verdad, muchas veces nos equivocamos,
Pero también es cierto que hay decisiones tan acertadas
Y yo le he pensado tanto, en compañía y también en soledad,
En la alegría y sumido en la tristeza
Y siempre ha sido el mismo resultado.
Que ya no esté cerca no significa
Que hayas dejado de importarme
Ni que quiera sacarte de mi vida,
Sino que el alejarme ha sido lo mejor,
Para ya no sufrir más,
Para que no sufra tu madre, para que no sufra yo
Y para que ya no sufras más entre los dos.
Mi corazón;
Sé que algún día entenderás cada una de estas letras
Mientras tanto solo espero
Que si no he ser digno de tu amor
Tampoco creo merecer tu odio sin razón.
Ella está
Está… Solo está llorando,
Ella no ha parado de llamarte,
Se ha convertido en una brisa;
En algún leve sonido dentro de la tempestad.
En algún tenue resplandor que se apaga,
Porque ya no puedes escuchar y
También porque has dejado de mirar.
Está… la tarde está lloviendo,
El firmamento está dormido,
Sus grises párpados cubren el cielo azul,
No te atreves a salir, tienes miedo,
Siempre lo has tenido
Y eso nunca cambiará.
Está… desgraciadamente,
Ella siempre está esperando,
Ella no ha dejado de llamarte,
Ella siempre está llorando
Y no lo puedes ver.
Quisiera decirte que ¡has perdido!
¡Que tu última oportunidad murió!
Pero ella siempre esta despierta.
¡No quiere dormir!
No hay día en que no te escriba;
No hay día en que no sonría al pensar en ti.
Está… ella solo está llorando,
Solo está tan sola porque tú no estás,
Ella solo está esperando que regreses,
Ella es el ruido en tus recuerdos;
Ella es mi alma que te extraña.
Héctor Humberto García Herrera