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Poemas, frases y mensajes de juan

Selección de poemas, frases y mensajes mais populares de juan


MAÑANA TEMPRANO

MAÑANA TEMPRANO

Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba
Facebook: Juan Moreno Rodríguez.
Correo: [email protected]

Mañana temprano
cuando salga el sol
por el horizonte,
estaré contigo,
para sonreír…
y contarte cuentos,
cuentos de hadas
de dioses y ninfas
que habitan el Olimpo
de los rascacielos
adornados de rosas
jazmines y flores,
suspirando cielo
de Dios inmortal…

Mañana temprano
volveré contigo,
a pintar tus sueños
en telas de aires,
con color de agua,
perfume, sol y miel.

Mañana temprano
estaré contigo,
gritaré, ¡Te quiero!
Amándote tanto,
dormiré en tu lecho,
besaré tus labios,
soñaré contigo
hasta el amanecer;
así despertaré
y dirán mis labios
tú eres la diosa,
el hada, la ninfa
de toda mi vida
y serás mi mujer.

ANTE MIS OJOS

ANTE MIS OJOS

Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba
[email protected]

Se desliza el viento
Por aquellos cabellos,
de púrpura y miel,
hay luces y sonidos;
parpadean mis ojos
en el universo de estrellas
fugaces;
se detiene el tiempo
se escuchan las voces,
de aquellos fantasmas
fantasmas feroces
inimaginables, que ayer se durmieron
en aquel silencio de agonía perdida
con triste mirada…
y se desvanecen cabellos dorados
sonrisas perdidas, fingiendo alegría
de dolor y espanto…
todo lo que pasa
ocurre en instante,
instante de tiempo,
se pierde en el aire,
ante lo invisible, del viento y del aire,
aquella escena, tétrica de espanto,
y ante la mirada de esos bellos ojos,
se apagan las luces, se vuelve a la calma
imagen soñada o imaginada
que surgió ante mis ojos.

CONTAR LA VIDA POR CONTAR, ES SOÑAR

CONTAR LA VIDA POR CONTAR, ES SOÑAR

Escrito por: Juan Ignacio Macoñó Alba
[email protected]

Nací entre laureles y espinos, al despertar la aurora, que se mecía en medio de las nubes llorando con lágrimas de cielo, por la alegría de verme nacer.

Agigantaba mi mirada desvalida, con suspiros y respiros de aire cristalino, ante la luz tenue y pavorosa del nuevo día, dormía entre pañales de ternura y caricias de madre abnegada, llena de alegría encanto y placer, al verme nacer, en sus brazos sonreía.

Un bebé sin ideas, no sabía leer ni escribir, mucho menos decir una palabra... caricias, besos, abrazos, ternura de madre, espíritu sublime de bendición. Las horas perecían años que lentamente se desvanecían en el tiempo trepándose, por los recónditos hilos del recuerdo que se enrredaban en el olvido, de aquel vientre materno primer hogar donde empecé a soñar y a vivir mi vida.

Las flores habían despertado de un letargado sueño de mi infancia pasajera, mi cuerpo se mecía en las cuerdas imaginables de mis fantasías, así iba creciendo lentamente sin saber hasta dónde pudiese llegar, pensaba subir hasta el cielo y agarrar las estrellas, como si fuesen foquitos encendidos en la sábana azul del inmenso firmamento, así soñaba cuando era niño, nunca pensé escribir una sola poesía mucho menos un libro, creía que los que escriben libros y poemas lo hacen porque son genios que Dios ha elegido desde su trono celestial para guiar a los menos entendidos en aspectos de ciencias, artes y letras.

Ahora aquí estoy con la ardua tarea de inmaginar y escribir fantasías que se cruzan y ambulan por mi mente, las ideas me obligan a ponerlas por escrito y suspiro cada vez que no puedo escribir lo que tengo guardado en mis archivos conscientes de mi mente.

Soñar es contar la vida por contar. Es imaginar el amanecer de un nuevo día, es gritar al cielo con voz trémula de espanto porque estamos vivos, amamos, sentimos, lloramos y así vivimos.

MENTIRA

Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba

Palabra común que usa la gente
En cada esquina se ven los rostros
Que ufanan por doquier la mentira
Niños y viejos proclaman mentira

Ya nadie tiene escrúpulos
todos se ríen de las mentiras
Sociedad bañada en mentiras
aire y viento embrujado
por el hechizo de la mentira.

Clamor a sangre de muerte
Espantoso fantasma que une
Boca y palabras dementes
Sonrisas fingidas en mentiras

Cabalga jinete en mentiras
Y doblega hasta el hierro cruel
No existe justicia humana
Que pueda detener la mentira
Y hasta el juez termina mintiendo
Por creer en las boberías.

FUE AYER

FUE AYER

Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba

Mirar tus ojos
Desde los cristales
Empañados por la nieve,
Desolado campo de batalla.

Mirar caer copos de nieve,
En aquel atardecer, del sol caído,
Suspiro entre los viejos abolengos,
Cual pasado que se extingue en tu mirada.

Arrugadas ya están esas mejillas
Por el paso de historias a hurtadillas,
Es vivir lejos, en el recuerdo del semblante,
Que ahora se transforma,
en huellas que le dejó el tiempo.

Fue ayer cuando eras joven todavía,
Con sonrisas de flores escarlatas,
Palpitante corazón lleno de vida,
Perfumadas rosas de rocío,
fueron tus besos.
Fue ayer, cuando mis ojos, se quedaron
Para siempre resplandeciendo tu mirada.
Fue ayer cuando mi alma enamorada,
Te dijo: ¡Te amo vida mía! Fue ayer.

NO SÉ COMO EXPRESAR, TE AMO.

NO SÉ COMO EXPRESAR, TE AMO.

POR: Juan Ignacio M. A
Febrero de 2014

Soy novato en el uso del lenguaje lírico,
No se como decir te amo,
Si decirlo cantando o soñando en las palabras,
No sé como expresarme ante ti....,
Estás aquí presente en este instante.

Tambalea mi lengua al pronunciar tu nombre
Se acelera el ritmo, y mis suspiros son eternos,
Mis ojos brillan al verte tu imagen,
Y mi boca calla sin poder decir: te amo.

Estático estoy, paresco estatua muda
Dibujando un recuerdo fenecido,
De costumbres y hábitos adquiridos;
recordando lejanía de años floridos
Cuando creímos en ese amor de locos,
Que hechizaban nuestros labios embrujados.

No se cómo escribir mis versos
No se como reconquirtar tu amor
Me miras y callas impaciente,
No se cómo expresar, ¡Te amo!

ÉL ES MI PADRE

POEMA:
ÉL ES MI PADRE
Escrito por Juan
Fecha: 19/03/2014

A través de una llamada en este día
quise reencontrarme contigo:
¡Padre Mío!,
tu voz, era tu voz, ya no es la misma
los años cambiaron tu semblante,
y en tus manos han nacido unas arrugas,
tus piernas se volvieron débiles
y tiemblan como si fuesen gelatina.

Tu cuerpo doblega unos dolores,
y cada día es una lucha sin victoria;
te esfuerzas como soldado mal herido,
tambaleando continuas en el campo de batalla,
solo el omnipotente en su silencio,
entiende tus quejas y tus heridas.

Habrás triunfado, aun siendo derrotado,
como el Cristo que fue crucificado,
porque Dios, no abandona al herido,
y bendice al padre, que jamás se ha doblegado:
ante la tristeza, la fatiga, y el dolor sufrido.

Por eso en este día, ¡padre mío!
elevo unas plegarias a los cielos,
y pido con alma de inocencia,
al Dios que vive en el silencio,
te bendiga hoy y siempre....¡Padre mío!
y te dé muchos años de alegría,
y te quite tus dolores de hastío.

ESPANTO

¡¡Espanto¡¡

Escrito por Juan Ignacio Macoñó Alba
Santa Cruz 05 de agosto de 2012

Caminaba a casa después de un largo día de trabajo, los pasos que iban, dibujándose en las calles arenosas, eran muestras fieles, que arrastraba los pies al caminar, cansado del arduo trabajo, que doblegaba mis ánimos e inducían mis pies a descansar.

Sorpresa, desilusión o desencanto, solamente eran tres cuadras y media que tenía que recorrer a pie, al llegar al portón de metal, vi un grupo de personas paradas, en la puerta de la casa del vecino, la mayoría eran mujeres que dialogaban, en voz baja, con espanto, temor y tristeza. Me detuve por unos segundos y los observé, el presentimiento, era evidente, algo no muy grato, había pasado, en casa del vecino, apodado el Collita.

Ingresé a casa sin hacer comentario, me cambié de ropa, y me puse ropa de diario, pronto salí de mi cuarto y fui decididamente a cerciorarme sobre lo que había ocurrido, ya sabía el día anterior que un accidente, había tenido el hijo del vecino. Supuse que estaba muy grave su estado de salud.

Al llegar a integrarme al grupo de señoras, les pregunté, que había ocurrido, todas me miraron fijamente, los ojos llorosos de algunas de ellas, me hicieron saber de inmediato, que mi vecino acababa de fallecer. Pronto mi vista se dirigió al fondo de la casa y ante mis ojos apareció un ataúd, un crucifijo y unas luces fosforescentes, mi cuerpo se estremeció…, no lo podía creer. Era joven, menor en años que yo, un hijo de unos cuantos meses de nacido quedaba huérfano, y una esposa joven, enviudó a temprana edad.

Mi mente por unos minutos se bloqueó, no pude pensar, solo dije: - se adelantó al viaje, y nos dejó atrás…

Después reaccioné y dije: _¿Quién está dentro del cuarto?
Una voz dijo:

_Está Bacha,
sobrenombre del hermano menor del fallecido, ingresé al cuarto, una energía negativa, vino en contra de mi cuerpo y nuevamente me hizo estremecer, pero esta vez con más fuerzas. Me detuve delante del cajón, y pedí a Dios que lo tenga en su Santa Gloria. Oré por él, pues era lo único que me quedaba por hacer. No pronuncié palabras solo silencié, y mudo ante la muerte, la contemplé, los minutos eran eternos, todo estaba en el vacío, nuevamente la nada vino a ocupar su lugar y mandó una vida más al olvido. Entonces sin forzar mis ojos, cayeron unas lágrimas que venían desde lo más profundo de mi ser.

Ya no estaba, él que un día estuvo, por aquí. El joven de palabras fuertes, alegre y luchador. Dormía en el silencio de aquella tarde. Las nubes viajaban enloquecidamente, y el viento cubría de polvo hasta los rincones más pequeños de las casas.

Entonces aquella tarde, vi palidecer, el semblante inerte de aquel vecino y desde mis adentros dije, una vez más, ¡Espanto!

Juan

AL MAESTRO
AUTOR: Juan Ignacio Macoñó Alba

Maestro, que en tus aulas tienes,
estudiantes de mentes vivaces
algunos ya vienen
otros se quedan
y otros, se irán.

Recuerda tu misión:
es el enseñar,
con toda tu pasión
enséñanos amar.

que amemos la vida
la ciencia, el bien
que queramos a Bolivia
unida también.

Maestro eres tú
la luz del camino
el faro de la ciencia
guía de los pasos
de muchas conciencias.

No olvides,
que eres sembrador,
en el campo de la vida,
eres un señor.

Maestro querido
mil felicidades
hoy en este día
olvido tus maldades.

enséñanos virtudes
enséñanos lo nuestro
que Dios te bendiga
querido Maestro.

HE CAMINADO

HE CAMINADO

Juan Ignacio Macoñó Alba
email. [email protected]

He caminado por el desierto de mi vida, aun estando cansado solo y sin compañía.

He vuelto la mirada hacia atrás para observar las huellas de mis pisadas en el camino;
así he recordado mis alegrías y tristezas, mis triunfos y fracasos.

He caminado tanto hasta agotar mis fuerzas en el sendero de mi vida, pensando siempre en hacer EL BIEN, a buenos y malos, a ricos y pobres.

Muy pocas veces he recibido las gracias a quien he tendido la mano para darle mi ayuda, sin embargo,no me he detenido a lamentarme o ha esperar recompensa alguna...

El camino está trazado no puedo detenerme..., debo continuar, hasta llegar al horizonte del fulgurante día que se aproxima.

Todavía el camino es pedregoso y a veces oscuro y con tinieblas que desvían mis pasos al andar. Por eso me dejo guiar por mis instintos, por los impulsos de mi corazón y por las ideas de mi mente.

Cuando mis fuerzas se agotan y el cuerpo tiene ganas de desistir e incluso ganas de morir,
porque quizás ya no da más, he descanzado y me he detenido, para mirar las pisadas que he dejado atrás.

He caminado dijo el peregrino, con el alma destrozada y el corazón partido, pero nunca he desistido, aunque la gente siempre me haya engañado, menospreciado o mentido.

Caminar eso es lo que hago, hasta llegar a la meta donde podré descanzar.
Sólo así al final, podre decir:
¡¡¡ HE CAMINADO!!!

RECUERDOS QUE NO SE OLVIDAN

RECUERDOS QUE NO SE OLVIDAN

Por: Juan Ignacio Macoñó Alba

Todavía queda, entre mis pupilas el paisaje exuberante de tus inolvidables siluetas unidas a tus caderas, que como montañas se elevaban hasta el cielo, quedando como testigo fiel el crepúsculo de mis ojos apagados, al atardecer de tu partida.


Monotonía que por siglos de existencia, inacabados recuerdos de la mente, que vuelven a dibujarse en el espejo de mis pensamientos subconscientes; incendiado está mi adormecido corazón, que vibra y late, en medio del universo de mi cuerpo como dando energía inagotable a cada célula que se esparce en el espacio de los incontables rincones de mi interior.

Sangre, cual pintura que hoy escribo, imborrable de escritos históricos de antaño, que se mecen en el vaivén de días tormentosos y de lucha, donde intento vencer con mano firme al enemigo que me acecha a cada instante, y devora la tranquilidad de mi alma en pena, porque aun estás presente en mis adentros. No puedo olvidarte.

Inclino mi frente ante una foto, de inmediato siento tu piel estremecida en aullidos de zozobrosa pena que ahoga mis sentimientos implacables en tristezas o quien sabe es la pena, que se ha quedado como castigo que atormenta mis viejas esperanzas, que un día vuelvas tal vez a recordarme; y afligida en tus años vividos sin sentido, te des cuenta que al fin te quedaste sola por irte tras de una vieja ilusión que se llevó el viento.

Macabra pena llena de recuerdos que no se pueden olvidar, como el día que viene al mundo, mi nacimiento, pasan años, y en cada año lo vuelvo a recordar y a veces a festejar. Fecha que uno nunca olvida mientras vive, así pasan los días, con tantas noches dormidas acompañadas de sueños que uno nunca se vuelve a despertar.

Caricias que nunca se olvidan como aquel matrimonio jurado ante el altar creyendo que el amor era eterno cuando los años pasan uno reconoce que nada dura para siempre, ni llega hasta la tumba. Todo cambia,sin embargo, hay recuerdos que no cambian y por eso no se olvidan, y a eso llamamos vida.

AL ARTISTA

AL ARTISTA

AUTOR: J.I.M.A
[email protected]

Eres artista
de la letra
de la tinta y el papel
cada día compones versos
que se dibujan hasta en tu piel.

Gran artista, gran señor
que vives componiendo frases,
y pintas cielos infinitos
con versos de tus bagages.

Gran artista señor
que trabajas con tus manos,
elaborando una obra
hoy a ti
te estamos homenajeando.

Gran artista que cantas
estrofas y versos de amor
tus instrumentos hoy cantan
himnos eternos de loor.

Gran artista arquitecto
hombre noble diseñador
para ti van estos versos
que recito con fervor.

Que Dios bendiga
tus obras, tu noble
vida también
y que en el cielo
los ángeles,
te preparen un buen lugar
donde vivirás por eternos años
cosechando todo el bien.

EN MI ANIVERSARIO

EN MI ANIVERSARIO
Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba
[email protected]
Escrito el 06/06/2012

No lo puedo creer
Un año más se me ha ido
Tan veloz como el viento
Tan intenso como el sol.

Maravillas en el universo
Se han pintado por doquier
Canciones, sonrisas, abrazos,
Arcoíris al amanecer.

Y yo, yo, que hago aquí
Boquiabierto y mal parado
Contemplando el pasado
Como si algo pudiese cambiar
Del recuerdo ya olvidado
del ayer y el pasado
En el Día de mi aniversario.

Ja, jay, como el tiempo se fue volando
Como, dicen por ahí:
Los días pasan volando,
Otro año, se me ha ido,
No puedo detener el tiempo
Se me escapa de las manos
En menos de un suspiro,
En menos de una mirada,
A llegado este día:
Día de mi aniversario.

CON LA PALABRA EN LA BOCA

CON LA PALABRA EN MI BOCA
AUTOR: JIMA
email:[email protected]

Adormecido en este mar de agonía
Camino por las calles en silencio
Mirando las pisadas de tus huellas
Celeste, cual firmamento infinito
De pasado que se llevó el olvido.

Morir en tus brazos abnegados
Cuya alma inmortal delira
Esperando el amanecer del día
Y escuchar tu canto hecho poesía.

Labios que hoy se oprimen
Emanando silencio adormecido
palabra que se queda muda
Como piedra dentro de mi boca,
Esperando ser liberada
cual esclava del yugo de su amo.

Déjame expresarte dos palabras
Déjame decirte que: ¡te amo!
Es solo lo que espero expresarte
Antes que marche
A tierras lejanas,
Y te deje sin palabras en la boca
Y me lleve tus besos de recuerdo.

BRINDO POR LA ALEGRIA

BRINDO POR LA ALEGRIA
Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba
Email: [email protected]

Alegrémonos nosotros
Los que tanto hemos sufrido
Los que tanto, hemos amado
Los que hemos perdonado
Porque un nuevo tiempo se avecina
Donde el odio y el rencor
Por fin su era termina.

Y comienza un nuevo ciclo
De alegrías y esperanzas
ciclo de bendiciones
De glorias y alabanzas
Tiempo de transformaciones
De energías renovadas
Brindemos por la alegría.

Quien se empeñe en el mal
Tendrá hiel por bebida
Tendrá que volver a nacer
O dejará de existir.
Cantemos con alegría,
Que el nuevo día aparece
Para quienes vivieron en creces
Para animales y peces
Para toda la humanidad
Brindo por un nuevo día
Brindo por la alegría.

OCULTA

OCULTA

Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba (escritor cruceño - boliviano)

[email protected].

Hoy e vuelvo a dibujarte en estas letras, donde te oculto en las frases y las líneas, como humo que se trepa entre la brisa y el aire cristalino, desvanecido cristal incoloro.
Meneo la cabeza como símbolo de desprecio, por el sutil encanto que borró de mis labios la sonrisa, aquella pradera donde el humeante crepúsculo se iba ocultando; incendiado fuego de verano, acostándote en su lecho de ardientes llamas donde pronto dormirías el sueño develado, de eternos suspiros y miradas interminables.
No fue ayer cuando sentí que llegabas en silencio del amanecer sereno; fue hoy al atardecer de tu partida, entre encantos y soñolientos besos de deseos, cuando te escapaste, a hurtadillas y balbuceando palabras hacia el viento; corriste sin rumbo, enloquecida prisionera, dejando huellas al pisar en el camino, con suave aroma de perfume enloquecido.
No era cierto, caminar entre nubes blanquecinas, vagar por los campos y arboledas, mirar tras el cristal de mi ventana, donde el llanto del rocío se convierte en lluvia, y los pétalos de las rosas se vuelven capullos floridos, y parece que florecen corazones inquietantes de anécdotas pasajeras de una historia fenecida.
Cabello alborotado por el viento, largos y lisos como pajas que desbaratan las fuerzas salvajes de una tormenta, cual aguacero ennegrecido de nubes febriles, que devoran la tranquilidad y la calma de un buen día. Oculta en el bullicio de tormenta, ahí estás tú. Mujer oculta, como pensamiento del recuerdo ennegrecido, por el paso de los años que a corroído el amor sublime, y destrozado la impaciente espera de tu regreso, que jamás regresarás.
Mujer ocultas en tus sienes la imprudencia, añoranza pasajera de mis días, suspiros letargados por los años que en zozobrosa pena se va dibujando ante mis ojos, y el encanto de ocultos besos del ayer me enloquecen, cual tormento de infierno colorido se mecen con pesares en el aire pavorido.
Oculta, siempre ocultas la mirada, y jamás despertarás de aquel sueño, que te dejó para siempre adormilada, donde vives el recuerdo del pasado, y presencias moradas desconocidas, cual castillos hechos en la arena. Ahí, estás tú, oculta.

YA NO ES LO MISMO

YA NO ES LO MISMO

Escrito por Juan.
En Santa Cruz-Bolivia, marzo de 2014

Ya no es lo mismo,
caminar tomados de la mano,
soñar entre castillos por los aires,
salir de paseo por los parques,
vivir cada instante de la noche…
ya no es lo mismo.

Has olvidado, los pequeños detalles
los besos enternecidos que nos dimos,
los momentos de amor que hemos tenido,
y el calor de hogar que construimos,
ya no es lo mismo…

Ya no es lo mismo…
vivir entre riñas y peleas,
discusiones interminables
que, lastiman
Nos hieren, nos ultrajan,
y hacen de nuestras vidas,
un infierno…
ya no es lo mismo,
vivir contigo... Ya no es lo mismo.

Olvidaste que un día,
me juraste:
¡Amor eterno hasta la otra vida!
Olvidaste que la vida de pareja,
está hecha de triunfos y fracasos…
y del coraje de enfrantarse uno al otro,
sin necesidad de mentiras e infamias,
necedades que consume hasta las sienes.
Ya no es lo mismo…
¡vivir contigo ya no es lo mismo…!

GRACIAS

GRACIAS

Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba
[email protected]

Gracias son siete letras
Formando una palabra
Gracias es decir te quiero
Es decir te amo
Gracias a ti estoy feliz.

Una semillita sembraste
En mi corazón
La semillita de la gracia
Está germinando,
Está creciendo,
En el huerto de todo mi ser

Gracias a ti fuerza invisible
Por darme el don de la gracia
De ser mejor.
Gracias padre celeste,
Tu has creado
Todo y está bien.
Gracias a ti
Hoy renacemos
A un mundo nuevo
De paz y amor
Por eso hoy digo
Repetidas veces
Gracias a ti
Gracias Señor.

NO

NO
Por: Juan Ignacio Macoñó Alba
[email protected]

No te agradaré
No pronunciaré jamás tu nombre
No pensaré más en ti,
No eres para mí.

No vuelvas a mi lado
No digas que me extrañas
No mientas que me engañas
No vivo para ti.

No quiero tus caricias
No quiero tus palabras
No quiero agradecimientos
No quiero nada de ti.

No siempre comprendiste
No siempre lo entendiste
No siempre valoraste
Lo mucho que di.

No te amo es infamia
No te siento aquí a mi lado
No eres la de siempre
No estás dentro de mí.

No, enemiga es la palabra
Del no encontra del sí,
No niegues tus mentiras
Que son parte de ti.

Pues siempre quedaré
Negado en tu existencia
Aunque en el fondo de tu alma
Sientas el amor que no expresé
Pues siempre para ti
Estaré cegado por un No.

Juan

[size=medium]EL VENDEDOR DE LIBROS
Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba
Correo: [email protected]

Su fortuna eran los libros. Cada mañana se levantaba muy temprano, dirigía su vista al cielo y suspiraba, no pronunciaba palabras, sólo la mente iba mencionando palabras inaudibles que ni en el silencio podrían oírse y ni el viento de las mañanas lo interrumpía; ya que esa era su manera de orar delante de un ser invisible que pareciera que no existe pero que él, estaba seguro que podía escucharlo con voces del alma. El sueño de la noche anterior le había dejado una incógnita, no tenía esposa ni hijos, sólo una vieja tienda de libros usados, eso era todo lo que había acumulado durante sus largos años de vida.

Sus ojos cansados cubiertos por los lentes daban la sensación que leía bastante aunque nunca se atrevió a escribir uno solo.

Participaba constantemente de la misa del gallo en la iglesia, que se encontraba a tres cuadras de su casa, era un ferviente cristiano que evitaba tener problemas con la sociedad; no solía salir a las fiestas ni derrochaba el poco dinero que ganaba de sus ventas en cosas vanas de la vida. Estaba convencido, que lo único mejor que existía en el mundo, era Dios y en segundo lugar estaba su negocio.

Vender libros usados a precios baratos era su profesión. Nunca tuvo dinero en abundancia, pero jamás le faltó el alimento en su hogar, aquel hogar silencioso donde vivía acompañado de un blanco perro casero, era su amigo confidencial que jamás decía una sola palabra, pero era un buen escucha, cuando su amo le hablaba de sus problemas y aflicciones de la vida.

Vender libros lo hacía feliz, pero sobretodo cuando terminaba de leer uno nuevo ya que todavía no había logrado leer los cientos de libros que estaban en las estanterías de su venta. Una sonrisa de satisfacción se dibujaba en sus labios y entonces adquiría nueva vida como aquel joven que recién se levanta de la cama después de pasar una noche entera de romance. Realmente leer le hacía bien, le daba la sensación que las nuevas ideas del libro leído lo hacían más joven y lleno de vida.

Él, era ya anciano, su pelo era blanco, los bigotes largos como una cabellera, apenas se le notaban los labios cuando hablaba, una pipa constantemente, tenía a su lado, que aspiraba cada vez que los recuerdos del pasado le venían a la mente, entonces de sus labios salía un humo blanco como si fuera una chimenea. Movía la cabeza de un lado para otro, como insinuando que algún recuerdo del pasado había llegado a su mente y le inyectaba la intranquilidad o el nerviosismo a su cuerpo.

Para tranquilizar los nervios fumaba su pipa y suspiraba mirando al cielo como si algo se le hubiera ido volando entre las espesas nubes que venían cargadas de lluvia y granizo.

Entonces recordaba el crudo invierno pasado, cuando todo estaba congelado y la nieve tapaba las calles impidiendo que los motorizados transitaran libremente por ellas. Las manos le temblaban. Sería mentira decir que era por el frío, ya que recién el sol se había ocultado y daba paso a desencadenarse una tormenta, inesperada. El hermoso cielo azul que antes estaba despejado, ahora se mostraba, totalmente cubierto de nubes que fue soltando pedazos de granizos que caían sobre los techos de las casas mudas, ante tal incidente tormentoso.

Raúl fumaba precipitadamente como si estuviera asustado, entonces de sus ojos caían unas gotas de lágrimas, ¿Sería por efecto del humo de la pipa?... en realidad no era por eso. Era fruto del recuerdo del pasado que le había dejado una honda herida que calaba hasta los huesos y lo sentía hasta el fondo de su alma. Era como aquel frío intenso que no se puede calmar ni con los mejores abrigos, ni tomando un fuerte licor, realmente él estaba frío y congelado. Le faltaba alegría y felicidad, no aquellas que le daban los libros leídos, sino aquella alegría que da el amor, cuando empieza la primavera.

El perro blanco le miraba compasivamente, quizás deseando preguntarle algo a su amo, pero sólo le miraba y callaba.

Realmente necesitaba desahogarse, ante Dios, ante sí mismo, o simplemente ante algún ser que le hablara o le diera algunas palmaditas...

La fuerte tormenta llegó y del cielo cayeron unas gruesas gotas de agua torrencial, entonces en ese momento el recuerdo de Raúl no pudo contenerse en su inhóspito mundo interior. Él se puso a llorar como aquel niño que ha perdido a su madre en medio de una agitada multitud.

Entonces cuando pasó su catarsis emocional, miró que tenía entre sus manos una foto…, y la sostenía temblorosamente sin quererla soltar…

FIN.

Hola, Si sueñas escribe, así tus sueños se harán realidad. Con cariño, para todos mis lectores:
Juan. (J.I.M.A)