Eudoro

Poemas, frases y mensajes de Eudoro

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Amo todos las expresiones artísticas, la pintura, escultura, poesía, música, canto, fotografía...

Nuestro amor...

Nuestro amor es así…tal cual,
un poco sí…un poco no,
a veces todo, como un vendaval incontrolable,
y otras nada, al extremo de la melancolía.
Un amor de pasiones desbordadas,
y de silencios perpetuos, dilatados,
de resentimientos absurdos,
y luego de emociones incontenibles,
con noches ardientes de arrebatos correspondidos,
y también de insomnios inexplicables,
de largas horas de pensamientos sublimes,
y minutos perpetuos de tragedias suspendidas.
Este amor un poco loco, de los dos,
con sueños pendientes y realidades congeladas,
con ratos impetuosos desbordados de placer,
y con instantes de miradas tristes al infinito.
Un amor como muchos, lleno de vacíos,
envuelto en un manojo de incertidumbres,
que amanece a veces excitado,
con ganas de una porción de besos exagerados,
y otras veces con ganas de no levantarse…nunca.
Nuestro amor es así…antojadizo,
inconstante,
caprichosamente intenso, como tú y yo,
mas sin embargo late y no renuncia,
palpita sin ruido,
sin dejarse morir por las penas,
sin dejarse ganar de la desidia.
Nuestro amor es así…llevadero,
soportable,
sin mucha chispa, pero vivo,
y va ahí… cada día,
navegando en la rutina,
esquivando nuestra fría indiferencia.

No volvió...

Mis ardientes conjeturas se desbordan,

me provocan una lluvia de apetitos.

Al mirarla caminar me desvanezco,

me enamoro de su garbo…elegante y petulante.

Sigo el ritmo cautivante de sus formas hechiceras,

el sinuoso andar descalzo que me tienta,

y desafía mi cordura…y no resisto,

me someto a sus encantos

renunciando a la prudencia.

Mi mirada deslumbrada la persigue,

y de pronto se detiene

a contemplar su coqueteo,

descubriendo la silueta imaginaria

de su frágil desnudez enmudecida.

Mis ideas clandestinas desvariaban

pretendiendo secuestrar su dulce magia.

Y así fue que me hice esclavo,

condenado a la apatía inevitable

de sus ojos mentirosos.

Su sonrisa inocente fue una estafa…

y fue la excusa,

me asaltó con su leve monería,

me engañó con sombrías intenciones.

Su aparente timidez me hizo trampa,

Y el rubor en sus mejillas inocentes…

fue el pretexto,

caí en su juego,

me embrujo de tal manera,

que aquel día me entregue a sus caprichos,

fui un antojo nada mas de su venganza.

Ahí empezó mi desconsuelo.

No podía comprender su alejamiento,

y no pude soportar su indiferencia,

me trastornaba con su ausencia,

naufragaba en su distancia,

y agonizaba poco a poco en su abandono.

Morí ahí…esperando su regreso.

No volvió…simplemente no volvió.