Una Casa en el Sol.

Fecha  3-10-2013 23:52:01 Tema:  Prosas Poéticas
Una Casa en el Sol.

Mi casa es una casa de centellas, de llamaradas vivas, de fuego y llamas y carbones encendidos. Porque mi casa está en el sol. Cuando abro las llameantes ventanas veo el espacio negro e insondable y las moreras de fuego que hay en mi jardín. Cuando salgo a recorrerlo me acompaña mi perro antorcha, observo las rosas de fuego y los zigomorfos lirios de fuego violeta, rojos y brutales y encendidos, y mis pavos reales de fuego verde, con sus llameantes cuellos de llamaradas azules. Hay una fuente de llamas eternas en mi jardín, en ella no me refresco las manos, y en ella, en el fondo, hay cientos de monedas de fuego infinito. Chorrea fuego la dantesca e inimaginable fuente, hermosa en todo su antifrescor lascivo, voraz, iracunda. También tengo un estanque de aguas de fuego negro, llena de peces de fuego de oro, suelo mojarme los pies desnudos en él y dejo que los peces de fuego me quemen a pequeños besos los pies. Las estatuas en el Jardín son estatuas de ira, y llameantes imploran pedradas bárbaras de manos criminales, pero yo no lo permito. Todo fulge y hiere y devora y quema. El alto muro de llamas que rodea la finca impide la mirada al curioso. Las moreras de fuego me dan sus moras como carbones rojísimos. Y mi perro antorcha juega a traerme ramitas ardiendo. Que arrojo una y otra vez a su boca llameante. Me han visitado mis amigos y se han quemado de luz en el salón de las llamas inmarcesibles. Duermo en una cama de fuego lascivo, como un extraño fakir, me deleito con sueños de infernales quemaduras, con camaradas de oro y de fuego rabioso que hacen el amor para mi desnudos y envueltos en ira, extraños arcángeles de pavor y crueldad, rabiosos y resplandecientes. Tengo sueños oscuros de llamas negras, y sueños fulgurantes de llamas vivísimas, fuegos verdes y fuegos rojos, y fuegos azules, incandescentes, y fuegos fucsias, criminales y bellísimos. Cuando me despierto en la noche caliente mi boca arde y mi corazón arde y mi alma arde. Y por la mañana los gallos de fuego que crío me despiertan con sus cacareos de ira y crimen perfectos. Lejos suenan las campanas de la Iglesia del sol. Campanadas de lujuria roja y de ira relampagueante, que siempre tocan a arrebato. Mis ojos echan fuego cuando veo la belleza tan hiriente que me rodea. El embrujo infernal de mis moradas. También mis amigos son de fuego y también son de fuego mis enemigos. No sé cómo puedo vivir con tanta quemadura. Será que mi corazón está muy frío acaso. Será que mi corazón es de hielo. Cuando me viene la tristeza sin embargo lloro lágrimas de fuego, como un dragón, todo yo estoy envuelto en llamas, mis sudarios, mis ropas, sus tejidos, son de fuego, mis heridas y mis quemaduras son de fuego, mis zapatos y mis calcetines son de fuego, enteramente yo soy de oro y fuego, no sé cómo podéis decirme que tengo el corazón de hielo. Cuando descanso sobre mi dantesco sofá de llamas observo los cuadros del salón con las escenas solares, lobos de fuego que cazan dragones de fuego, Vírgenes Macarenas de fuego, resplandecientes, y paisajes de fuego y de volcanes. No sé cómo podéis decirme que mi corazón es de hielo, hasta la sangre de mis venas está ardiendo de fuego. O lo mismo todo es mentira y tan solo son fuegos fatuos.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero. ( siento no haber podido alargar más este relato pero me dolía la espalda). (además la he cagado porque quería describir una casa en el sol y al final he terminado hablando de mi mismo que no soy la antorcha humana).


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