La tártara bota el mote de papel y las mariposas de arena vuelan, con alas de fuego chupando el clavel los pétalos de carbón vidriado velan.
Ya la primavera parpadeante danza en el humo tórrido del terreno aguado, y las hojas con picos de lata y de lanza rebrotan punteando el paisaje situado.
Omitida mueca del árbol acartonado con sus brazos de guano el aire detiene, y sulfura la roca en el recodo apretado cuando pasos de metal sobre ella tiene.
Cantando las aves en nota regida que hablan de palos, de gotas sin montes, el viento desierto le da una barrida a plásticos grillos que son mastodontes.
Los ríos, las aguas, un circo moliente dragan las pestañas del sapo y la araña, vendados los ojos con lotes de dientes la tártara nada y a todos amaña.
Julio Medina 1 de mayo del 2012
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