EL PÓSTUMO ADIÓS
Por El Adiós. Adieu, addio, farewell, Lebewohl!.
Del Último Adiós En la mirada De la tarde Pálida...¡Con al amor al hombro!. Y el sueño debajo del zapato.
Con los símbolos. Complejos y perplejos. Y el asombro por impulso. Universo sonoro playa, del antiguo cielo imprevisto. En los rubros rutilantes, catarateando albas las manos, de las promesas, del ardor, del tamboril, el último adiós exhala las caricias escarlatas.
Y está, luego, la soledad sola, en el fondo del cabello, del aliento, del sueño, como quejándose, detrás del quizá, mariposa entre tosco arrullo. Y oye, desde lejos. ¡Cuándo la realidad está ausente!. Y la voz, no alcanza. ¡Todo lo errátil cierto!.
Y el silencio deja que calle. ¡Cuándo el futuro ya no existe!. Con el viejo Caos del siempre, con el ensordecimiento enmohecido, el vaho trashumante almohadillado, silencio del embermejecer palabras.
El último adiós que penetra el aire. De las cejas arqueadas. De la muralla presurosa. De las ruedas interminables, frágiles, ataduras velas desnudas montañas. Armónicos montículos marmóreas copias, incandescentes por la ruta lábil. Turbado decoro rumor mudo transformado, derramado del anhelo en flor. Enjambres de piedras mieles pálidas exuberantes, estatuas vanidosas.
En El Último adiós, último, último, del solitario sale la pregunta.
¿Y si el tiempo se termina, qué sigue?. Solo Lo que Fue Lo qué fue la vez que vino de ninguna parte. ¡Lo qué fue la vez qué nunca fue!. Por encima del último principio. Por la única diversidad. Por... ¡Este mundo qué ya no es aquél!. Por... ¡Este mundo qué ya no es lo qué sería!. Del Ultimo adiós. ¡De otra manera diferente!. Del Ultimo adiós, último, último. ¡De la misma forma igual!. El Principio del último adiós.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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