A mí nadie me espera, solo el silencio ¡él me consuela! El corazón roto se desespera, resignado sin amor, aunque me duela.
Sigo llenando de angustia la soledad, mientras vivo mirando los días pasar. Hay un vacío en la adversidad que la dicha no logra alcanzar.
Llego a mi casa y tengo ausencia de todo: de besos, de abrazos y de ilusión. Solitario voy sufriendo a mi modo, cargado de tristezas que opacan la ocasión.
Solo sigo pensando en el pasado de aquella desilusión que destruyó el sueño de ser dichoso junto al amor anhelado, y hoy con miedo y dolor desdeño.
Igual que a ti, a mí me sucede, nadie más habita en el rincón de la mala suerte, no ha llegado el amor para que siempre se quede, que vibre en el corazón, que su pasión sea fuerte.
Julio Medina 10 de octubre del 2011
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