Contemplación enlunada
Toda esa luna cayó bajo su lago Cosa al pié de una columna... Tiene su lujo, tierno y débil Pues, del palacio, ya nada queda. Dos corazones en el altar, significados del anhelo difuso.
Así ha sido. Así fue. Así. Contemplando, meditando, la luna en esa noche, en ése lugar nada cambia, en ése tie ....mpo... Enlu...Contemp...
El vapor de los escombros Ser de los himnos ausente ¡De la débil materia!.
Por, el, envuelto, vela. Cada pregunta. Su desconocida respue .sta sin alba.
Y el aromático aliento queda. hacia la vigilia invisible. Fuera del revoloteo lejano. A donde una vez sembró, sus combates, verdaderos, en sí. ¡Propios manantiales y tormentas!. Ojos del crepúsculo coronas.
En los pensamientos hay un fluir, segundo, obscuro y brillante. Almendro. ¡Lugar de las máscaras agonía!.
Cada prado prende un grillete. Uno de los tantos, muros, espesos. ¡De las palabras destrozadas!. ¡Los pájaros mariposas! Tres años, sintieron, pasados, pesados. Momentos, del vibrar en cuerdas. En la ¡Luna con fijeza!. Ese día eterno.
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Es Un Accidente puro y blanco De campanas, ortigas y nebulosas. La ondulación de la luna. ¡Bañándose!.
¡Qué sube, del amanecer al río! El perfil sediento, dónde, el recuerdo quema ¡Mismo y muerto por siempre!. Califica los jazmines. ¡Como hormiga!.
De la corriente, migajas, celestes Nuevo y malherido vidrio desnudo, Cómo el farol de la tarde, ¡Lo encuentra guardián!... No, el pecho, en el huerto enfermo. ¡Es, la muerte, de la manzana!.
En la opinión de la madera Está un imposible lirio Ultima sábana en su mano pálida.
El cristal de los caminos. Poder del fino revólver. de sombras derramadas. ¡La estatua de la mojada mejilla!.
Y marchita, esa luna, quedó ah, ¡Que cada tiempo guardó!. Debe, a su misterio, no cambiar y... Cumplir... El... Trino... De su amparo. Cada vez, que se le contempla, en aquél, antiguo templo. Una vieja ruina, eterna y atrapada, por un tiempo, eterno, siempre con su cielo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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