EL DÍA QUE APRENDIMOS A BESAR

Fecha  30-8-2011 18:47:35 Tema:  Poemas
El tibio mediodía iluminó la habitación,
nuestras miradas y tu larguísimo cabello.
Tu mano en mi pierna alisó mi pantalón
y un sismo dañó mis estructuras.

Perdido entre la noche de tu pelo y el sol de tus ojos
me quedé en el garbo que me ofrecieron tus pestañas.
Nos invadió la necesidad de un sello postergado,
mientras tu cintura aceptaba la tentación de mi mano.

Hablaron nuestros ojos para ejecutar la melodía.
Comenzó a brillar el territorio de tus dientes
en esa sonrisa vital que siempre me seduce,
mientras temblaba un vibrato en mis sienes.

Puse ante tus labios el señuelo de una palabra
que intuí sería la llave para abrir tus puertas.
Me miraste plácida y aguardaste serena
antes de cerrar el telón de tus ojos pardos.

Un suave viento nacido en tus entrañas
silbó la urgencia de un deseo contenido.
Entonces saboreamos nuestras lenguas
y un verano inesperado invadió nuestras costas.

© Rogger Alzamora Quijano


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