A mi herma-madre

Fecha  1-8-2011 19:54:13 Tema:  Poemas

Solía pensar que alguien
me había premiado,
pues a más de la mami,
la del dulce y la ternura,
la de la dulce ternura,
... del cielo,
- debió de ser de allí –
llegó como lluvia que refresca,
como cedrón hirviendo,
como bálsamo, como brisa,
como caricia nomás,
llegó,... no, estaba allí
como el aire, como todo,
nació antes y nos esperaba,
sí, y mientras llegábamos
desarrollo su don
de entregar y amar y cuidar
y amar, siempre amar.

Mientras la mami
peleaba por la vida
del Tyrone,
- el artista de las formas
y las letras-
que se le estaban
destruyendo los riñones,
los demás niños
quienes sabíamos,
que no podíamos
reclamar por sus mimos,
que los necesitábamos
y mucho, es que también
estábamos asustados,
nuestro hermano
estaba en peligro,
alguien debía
regalarnos consuelo,
mentirnos aunque sea,
que todo iba a pasar,
... tú lo hiciste
y nos liberaste
del desconcierto,
la angustia y los miedos.

Mi hermana y madre
mi herma-madre,
mis ojos encontraron siempre
tu sonrisa hermosa
y unos ojos aunque negros
como cielo, como faros,
debiste crecer como espuma,
como nubes de tormenta
por lo amplias y potentes,
para cobijarnos y querernos,
como cáliz
para alimentar el alma,
como crisol
para fundir la adversidad
y templar como acero
nuestros espíritus.

Nívea
como picos de nevado
comulgando con el infinito,
clara y pura
como agua de remanso,
imponente y libre
como el vuelo del cóndor,
así es tu imagen,
tu presencia cálida,
tu ternura desbordante,
consejera consecuente,
amiga constante,
mis sueños tienen las alas
de tus cabellos azabaches,
mi canto y palabras
el ritmo y la sonoridad
de tu risa franca,
mis pasos la seguridad
de tu cobijo y compañía.

Pero quisiste parir
tus propios hijos,
para llenarlos de toda tú,
de tu capacidad de amar
y cultivar guerreros,
de tu ternura y alegría
para amasar soñadores,
de tu tesón y esperanza
para creer en el mañana
fecundo, nuevo...
esa fue tu más cara ambición,
que la naturaleza, la vida
se negó a darte
a devolverte,
a bendecir tus maternidades.

Tres hermanos perdiste
y tres fueron los hijos
que se fueron sin conocerte,
sin sentir lo maravillosa
que podías ser,
tras de ellos te fuiste
herma-madre,
explosionando el corazón
de tanto amar y esperar,
reventando el consuelo
por inútil, por vacío,
taladrando en nuestras almas
un vacío
más inmenso e intenso
que el hambre.

No pude bañar
tu cara bonita
con mis lágrimas,
las flores
conque quería cubrirte,
las pinté
para que no se marchiten
y el ave maría
jamás podré cantarte
porque mi voz no llegaría,
herma-madre,
deja que hoy dispare
esta ráfaga de versos roncos
buscándote en el cielo,
de allí viniste
allí te buscarán.



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