Mi viejo, mi amigo

Fecha  25-7-2011 19:14:35 Tema:  Poemas
No sé ni cómo empezar,
siento como cuando niño
que hubiese ...
hecho alguna travesura
y no atinara como confesarlo,
siento que debiera y no decirlo,
esperando que mis pensamientos
te llegaran como luz,
como rocío,
que tan sólo llegaran
y sin leerlos te sonrieras,
sabrías que son míos.

Esto de conocernos
de toda la vida,
de soñar despiertos
y construir locuras,
de amasar los días
golpeando las suelas
y luchar por el pan
trabajando el azúcar;
esto de ser equipo,
esto de sentir tu abrigo
y tú mi sombra,
esto de ser los dos un mismo árbol.

Recibimos la misma savia,
aunque mis ramas
sean más verdes,
es que han tenido
el soporte de las tuyas
su cobijo y su sombra
tu cercanía y constancia
eres el mejor referente,
de crecimiento, de coraje,
de izar la frente y blandir el pecho
para recibir los vientos, los retos,
para luchar por lo que ame.

No encuentro las palabras,
adecuadas, oportunas,
y me esfuerzo en buscarlas,
es que muchas veces
no las hemos necesitado,
solo ha bastado estar allí,
como un café caliente
recién colado y un pan
apenas horneado,
como tus abrazos amigo,
como tus bendiciones
y tus miradas vigías.

Hay tantos años
que se podrían citar,
hay sobre todo
tanta vida y corazón,
que no te ha importado
derrochar por mí,
como toda tu fuerza
para empujar el alba,
para que se cumpla el sueño
todavía tibio,
recién pintado
mi viejo, mi amigo.

Quiero solo charlar
como tantas veces,
hurgar en tu memoria
y los recuerdos únicos,
compartir todo lo grato
de los pasajes felices,
descubrir
algún brillo especial
en tus cansados ojos,
o respetar tu silencio
mientras estos
se anegan en la nostalgia,

Quiero extender nuestras raíces,
pues nuevas ramas
deben nutrirse de nosotros
tres ramales fuertes,
torrentosos
abrazan la vida con devoción,
casi con furia,
la savia fluye como lava
con nuevo vigor,
vamos mi viejo amigo
arriba los brazos
el árbol sigue creciendo.

Tan solo deja
que ahora sea yo tu sombra,
que observe y sonría,
para que tú también
sonrías y me observes;
quisiera que en mis días
pueda demostrarte
todo mi respeto y devoción,
por la vida recibida,
que vibres
con mis aventuras
y los desproporcionados sueños,

Padre, mi viejo amigo,
conoces toda mi vida,
ojalá alcance la mía
para conocer
y entender la tuya,
para hacer míos
tus sueños, tu tesón
y disfrutar la vida,
para tener tu corazón
y amarla sin medida
para tener tu coraje
y pelearla cada día.

Mi entrañable amigo
no han cambiado los papeles,
tu fortaleza quizás
ya no es física,
más lo que importa
son tus vivencias,
los caminos abiertos,
las jornadas triunfantes,
los golpes recibidos
las luchas constantes,
importa el tiempo mi viejo,
que pueda escucharte
que puedas hablarme,
que pueda nutrirme
más de ti, mi roble eterno.




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