Deliberada tragedia
Ella cantaba bajo el aaguaa de un recuerdo. Colmenas de guitarras dibujaban una nube En los barcos de pocas nueces Arropando la raíz de cada ccamaa.
A lo lejos la nieve de la nnochee. Saltaba clavos y violines. ¡Flamas aceradas!. Timones temerarios, limones ssecoss. Y una rueda fresa dulce.
Más acá los labios de una tarde. Desgranaban los números oocultoss. Con la luz salvaje por el rríoo. Un lirio duro, clavel dorado y destemplado.
Tantos eran los tambores blandos Y las esmeraldas en los pisos ¡Ranas de pecho, gatos escondidos! ladrillos incansables y niños fríos...
No hay remedio. ¡El hhogarr está vacío!. La vieja luz teje laberintos. El plato tiembla plato y techo. ¡Solo moluscos arañan las arenas!.
Por esos andamios la saliva aahogaa. Y gritan las corolas rumores de velero. Chimeneas de plomos caños. ¡La vvozz de los volcanes se ha perdido!.
Luego, luego, la cadena gana biombos. Y las retinas desayunan alfileres. Hay talcos de trigo y plazas ahorcadas. Y el carbón de libertad ppadecee náuseas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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