En los arpegios de una guitarra criolla, repicando alegres compases y, con la percusión del cajón peruano, Golpe a golpe tu nombre evoco.
En cualquier bar de tus veredas virreinales, tomo un par de copas de pisco acholado, Sangre y estirpe de la buena uva, que Acariciando mi garganta, preguntan por ti.
Pisco, que generosas las parras donan, De sabor puro y cuerpo indomable en los asoleados valles de Ica, para alegrar el espíritu y doblegar las penas.
Por ti preguntan mi Lima antigua, de calles y balcones coloniales, por tus calles empedradas y las calesitas haladas por blancos caballos, aquellas que ya no se ven.
Yo no sé qué responder, sorbo otra copa, Me entono y pido me toquen un vals De aquellos, de cuando tú eras, Lima: “La ciudad de los reyes, ciudad jardín”
Delalma 31/05/2020
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