El encuentro
Fecha
16-2-2020 17:47:29
Tema:
Poemas
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Se conversan en el lúdico minuto lomo y dedos, custodios de una historia como tantas, de sed y estéril noria, aves muertas con árboles en luto,
del pétalo como un licor astuto que es párpado del ojo sin memoria. Y al cabo, fue derrota y fue victoria, uno exhausto, y el otro resoluto.
Una desnuda página avizora el aire del rendido, y en el velo de su sueño un sagrado interrogante
colapsa espacio y tiempo sin demora. Así amarilla el libro, con recelo; del dios y del insecto equidistante.
© Gustavo Larsen, 16 de febrero de 2020
Tal vez el ángulo interpretativo de quien escribe tenga un pequeño valor en este caso. Por supuesto, el lector siempre ejercita su derecho de hacer suyo al poema en el momento de leerlo. Pensaba, al escribirlo, en eso de quedarse dormido junto a un libro luego de un encuentro casi apasionado con el mismo. Los grandes interrogantes que pudiesen haber surgido durante su lectura consiguen luego filtrarse subrepticiamente en nuestros sueños. Y esos interrogantes, aparentemente cobrando formas que resultarían banales en el mundo real, no lo son en el espacio onírico. Luego el libro, como un perro guardián, nos mira y se permite envejecer, con la satisfacción del deber cumplido.
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