Un tirano a punto de ser destituido, desde su paranoia de neronzuelo… ¡ha declarado estado de excepción!, desde todos los rincones, la bronca y la indignación, -como pólvora-… explosiona hasta inundar las calles.
En esas calles debe estar mi hija y una mezcla de ira y orgullo me ciega, porque dejarle una mejor patria, no fue posible, un traidor lo negó… y porque, enaltece saber que queda relevo de indignación y de conciencia, en una muchachita rebelde, recia, que además de soñadora, es idealista.
Sin embargo, mientras sorteo gases y ataques de los gorilas, la angustia atropella mi pecho y quiero imaginar, que escuchó bien, lo poco que pude aconsejar: sé prudente, mira a todos, busca salidas, cubre tu nariz y boca…
Sé que es su decisión, son sus luchas, pero es un pedazo de mi vida expuesto, entiendo ahora a mi madre y a mi viejo, ojalá pudiera poder ocupar su puesto, pero, al final somos más y no son sueños… de adolescentes, decía algún despistado, es poder anidar en el pecho, el decoro, que otros ignoran, mirando a otro lado.
Te abrazo donde estés pajarito mío… vuela mi niña y muy alto, no dejes de volar, la patria, como Dios, le deja las tareas más duras a sus mejores soldados y tú eres una guerrera, tozuda, difícil, pero mí guerrera y ¡vamos a estar mejor!
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