¡Adiós Lucy!
Fecha
8-9-2019 21:53:36
Tema:
Poemas
|
Esta despedida no tendrá respuesta...
Apenas ese silencio infinito,
que está reñido con el olvido...
Silencio de ausencia, de inútil espera,
de consuelo mutilado…
Éste, es un adiós ligero, como tu grácil figura
fugándose en un cielo azul mar...
como tus ojos inquietos...
que provocan paz, redención, vuelo…
Buen viento, compañera fiel de todos,
amiga, familia, hogar, fortín...
tu viaje tiene la compañía que soñabas:
las almas reclamadas con vehemencia,
de quienes tanto amaste y se adelantaron…
En este instante preciso, difícil, lacerante,
porque no queremos terminarlo,
no importan muchas cosas:
el mismo ceremonial religioso o…
las hermosas rosas, margaritas,
las siempre vivas, las ilusiones…
que ya tan tarde, no las puedes apreciar...
Ni los rosarios, que no los compartiste
así en grupo, tampoco los elogios,
que mucho antes, debían justipreciar
tanta energía y vida entregadas...
ni las muecas hipócritas
de los otrora indiferentes...
Afuera el mundo sigue su marcha…
en el parque un fanático grita sanación,
otros hipócritas pasean su luto donde los vean,
no junto a tus restos... no sirven ni para disimular;
afuera el clima habría ayudado ese frío intenso,
que tanto acechaba tu cuerpo enfermo, más no,
ese frío de la desolación, de la espera estéril…
Después de derrochar tanta ternura y cuidados...
qué bueno que hayas renegado,
de tanta soledad y aislamiento,
de tanta ingratitud… eso que te dolía más,
que la enfermedad y las ironías de la memoria…
Pero qué bueno también,
que no todos cerraron sus oídos
y miraron a un costado,
la vida te retribuyó, con los ángeles exactos:
consuelo, bondades, calidez…
que hicieron posible
hasta en el instante terminal,
esa sonrisa luminosa tuya,
que es y será bálsamo, incluso en el recuerdo…
Serafín hizo justicia en tu despedida: a tu legado,
que seguirá vivo en quienes crecieron,
bajo tus sabores y cuidados, pero también,
en el corazón generoso de tus ángeles,
que les dejas ejemplos de entrega a superar…
Un halo de tu presencia nos cobija,
titilan las velas, la brisa nos acaricia
y en nuestros espíritus una oleada
de gratos recuerdos se fijan para siempre…
adiós mi Lucy... adiós madrecita...
|
|