¿Y qué pasa, si me miras una vez más… así, lasciva, provocativa a más no poder? Reventando cada célula y todas mis ganas de perpetrar feroz en tu sensualidad… y alcanzar al unísono, sin compasión las mieles del placer y del éxtasis.
¿Qué pasa si rompemos las censuras… y escudriñamos sin formas, aún más pasión? Conjuguemos entonces tus zonas erógenas, con los espacios mágicos conque fantaseas, con lo que quieres escuchar y percibir… con todos tus límites de placer derrotados…
¿Qué puede pasar, si rompemos ataduras… las de la hipocresía y de nuestra formación? Qué puede pasar si nada más permito que, me atrapen tus hermosos y profundos ojos y me subyugo al embrujo de tus encantos, a tu voluptuosidad explosionando mis deseos.
¿Qué pasa, si olvidamos el “qué pasa” …? Y tan solo vivimos, amamos, disfrutamos, de esta devoción por amarnos y el instinto a veces hasta brutal, de intentar poseernos, en la simbiosis exquisita que atrapa, divaga, orfeón bendito de lujuria y vehemencia…
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