Sin ti, abnegado al recuerdo de un pasado culminado, a solas los labios me muerdo por culpa de ese amor terminado.
Tormenta, deshojas la flor, dejas la espiga desgarrada y se disipa el olor de la rosa perfumada.
Mis noches, encajes de enredos tétrica soledad, desolador es sufrir, con mi ser plagado de miedos así me toca vivir.
Mujer, usted fue el fuego siniestro dejó en el alma pérfida huella, cenizas son la secuela del amor nuestro, más no quiero hablar de ella.
Cenicienta del bosque yermo tu sombra oscurece el reflejo, atribulado final, atado y enfermo ahí me dejas perplejo.
Silencio, el gaznate no lo siento hay palabras que ahora no debo decir, enmudecido porque al hablar no miento, con ese terrible enigma, así me toca vivir.
Julio Medina 4 de diciembre del 2011
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