Mientras más yo me aleje de aquí menos piedras hallaré en el camino, fue mala suerte enamorarme de ti, abrojos y espinas alcanzaron mi destino.
Quise creer en tu sincera verdad la que tenía al frente de mis ojos, solo encontré tristezas y vanidad que me llenaron la vida de enojos.
Solo el tiempo cura el mal del amor son pesares que a lo lejos volaron, ya no hay lágrimas para calmar el dolor, sus huellas de mi recuerdo se borraron.
El fantasma de la ausencia me acompaña arrastrado por el mundo voy perdido, la traición que me hiciste el alma daña, cruzo el horizonte como un pájaro herido.
No volveré en mis sueños a encontrarte ni a pensar en tu amor con demasía, todo aquel cariño que quise darte, lo suicidaron el desprecio y la apatía.
Y sin dejar señas en el sendero andado no habrá aromas para que el olfato respire, porque el amor que una vez te había dado, no tiene razón para que en tus brazos remire.
Julio Medina
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