No existe roble lo suficientemente grande, que pueda hacer sombra a una mujer brillante... No hay referencia magnífica a tomar en cuenta, para valorar la estatura humana de una mujer... No puede crearse una cosmovisión del universo, sin la mujer, menos aún hacerlo y de injustos pecar, ignorando su real valía, aportes, vida, luchas...
Valorar a la mujer es uno de los demonios a vencer, cuánto habría que reescribirse, tanto que perdonar, para acercarnos a una más justa inclusión de ella... Creo más en hacer un quiebre en las acciones, para caminar junto a ella, compartir, aprender, y abrazar con más vehemencia las nuevas utopías, para juntos recibir ilusionados las nuevas auroras.
Estas líneas son un tributo al inocultable valor, que representan las mujeres y que en mi vida, por supuesto, son muchas más que mi madre, tantas compañeras de sueños... mis hijas, mis hermanas, las amazonas y pensadoras de la sociedad justa, las que enternecen más que el alma y avivan las ansias por ser mejores.
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