Único microcéfalo tiránico, filántropo, dogmático y platónico; energúmeno abúlico y hedónico sometiéndose al éxtasis y al pánico.
Un bárbaro caótico y volcánico creyéndose magnánimo e icónico. Ínfimo, melancólico e irónico científico del átomo mesiánico
e intrépidas hipótesis biológicas. Mamífero en propósitos eméticos de esvásticas y sórdidos prostíbulos,
fenómeno extiguiéndose en ilógicas vorágines de bártulos patéticos, ahorcándose en karmáticos patíbulos.
©Gustavo Larsen, nueve de febrero de 2018
Notas:
1. Si bien uno puede tentarse a escribir algo así como “espantapájaros esquizofrénico”, la estructura ofrece mucha más flexibilidad si se la confecciona con tres palabras esdrújulas por verso, más las conjunciones, artículos y preposiciones que hagan falta. 2. La palabra “karmático” es un neologismo que ya lleva un tiempo circulando, pero no creo que figure en el DRAE.
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