¿Recuerdas aquella tarde bajo la lluvia helada? yo la recuerdo cada día, o más bien, intento recordarla; Recuerdo el paisaje pintado de un gris azulado; cuando todo se detuvo, donde todos los sonidos callaron. Recuerdo la ropa mojada que vestías Y las gotas en tus mejillas que siempre he querido pensar eran las gotas de la lluvia que caía. Recuerdo los mechones de tu pelo qué se deslizaban por tu rostro y a tus dedos que los apartaban de vez en cuando de tus ojos… tus hermosos ojos… ¡claro! aquellos ojos que podía mirar toda la noche; absorto en alguna fantasía. Sí, tus ojos… ¡Claro!… recuerdo que tus ojos me miraban y que algún par de veces, se apartaron para mirar el cielo mientras tus dientes mordisqueaban tus labios… ¡tus labios…! ¡Como he podido olvidarlo! Recuerdo que tus labios se movían; intentaban decirme algo, pero no recuerdo el sonido de tu voz, es como si la lluvia me dejara sordo aquella tarde o me hubiese borrado la memoria para proteger mi corazón… porque cuando tus labios se cerraron recuerdo que los sonidos regresaron; recuerdo algún dolor en el pecho y a ti caminando en otra dirección.
Héctor H. García
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