El periplo lunar siempre será enigmático, pero junto a nuestro andar, es compañía, cobijo, complicidad, es la tenue luz exacta, aún su ausencia, llena los íntimos rincones con los esenciales suspiros y sonrisas, en la expectativa de nuevos encuentros perfectos.
Más cuando hay días por medio para verte, entonces... prefiero no saber en qué fase, ella orbita, quisiera ignorar que hay noche y reinventar el tiempo... y si fuera preciso... hasta el mismo sistema solar, para esquivar tu tortuosa ausencia en nuestras noches.
Igual, no puedo evitarlo y...
Tengo que insistir en asociarte con la luna, por radiante, exuberante, por acogedora, por aflorar siempre reacciones distintas, que llenan de embrujo y las mil entelequias esta travesía delirante, hermosa, de amarte, para explosionar más felicidad y sueños.
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