¡Ay! Si las jacas y el río por tí no caracolearan cuando sangro las vertientes de pasados y presentes, de dolores y torrentes que se bebieron tu estío.
¡Ay! Si las jacas y el río por tí no caracolearan cuando la luna me amarra de tierra mora a Navarra con tu gitana guitarra que con la noche ha partío.
¡Ay, si las jacas y el río por tí no caracolearan! Se ha escondío una verbena. Hermaná con mi condena dijo la Sierra Morena que sin queré te has dormío.
¡Ay, si las jacas y el río por tí no caracolearan!
©Gustavo Larsen, Mayo 16, 2017 [img align=center width=450]http://blog.fuertehoteles.com/wp-content/uploads/2014/09/paisaje-riotinto.jpg[/img]
A veces, una imagen de desastre ambiental inspira un poema. El río Tinto en la andaluza provincia de Huelva parece sangrar. En realidad, el color que ostenta se debe a las altas concentraciones de diversos metales pesados, producto de la explotación minera.
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