Eludir elucidar
En el marfil que danza el ojo y hace a los borregos estirar la lana en la luna lúgubre luciérnaga por estar los hilos del mar de hielos sin poder pestañear detrás de una chispa dulce pecando detrás de la letra esquiva bajo la sombra del reloj hostil qué muere lento latiendo en el pavimento ligero adolorido de verano y el pelo recortado erróneamente eludiéndolo elucidar elegantes accidentales entre las mejillas entre las alas oleosos y con el sueldo a rayas porqué el detonante ya fue la húmeda tarde fabricante ya De velas, herbolarios, herreros ya Del humo, sastres del aire, cocineros Del agua, y cien metros de tímidas fuentes posturas monótonas, verdes convalecientes esculturas ingenuas por eludirse y elucidarse ya.
Pues todos murmuran lo que nadie supone ser aquéllo que la penumbra es del pequeño mono- lito que mejor ha capturado los cañones ligeros inquietos de la cerámica desvalida por las cañas de las especies tropicales de los camellos ideales que afirman de los papagayos utilizar medicinas y la pólvora que hasta hace poco tenía frío cielo habiendo escuchado flotar una laguna desierta. Mientras, la vejez prematura despierta brillante nueve meses nueve veces nueve peces sedientos después del viaje de regreso que era imposible porqué escondieron al mar embotellándolo hoy sin detener al destino del que pende arrugado en la prohibición sofisticada de ser un salado un enjambre de olas y espumas y brisas libres.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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