Arrimado al Pedregal
Por ese lugar. Donde el océano crece libre. Entre las liebres jinetes de nieve. Paladeando barcos que descienden. A las nubes que comen soles. Y caminan los puentes con zapatos. Y caminan los árboles con tréboles. ¡Cadenas vivas al aire libre!. Óxidos célebres orfebres memorables. ¡Cuando avispada la miel fallece!. Y el apogeo pleno aplana planes. Indudables dudas del piso al techo.
Al pedregal arrimado.
Por ese lugar. Donde la tropa atrapa trenes ligeros. Entre libros espinados analfabetos. Palabreando las mesas mes a mes. A las plumas que pintan vuelos velos. Y acarician despiadados al artefacto. Y consumen desgajando mandarinas. ¡Patrañas del infecto adepto adicto!. Anónimo cáustico y pálida lírica. Del linaje del molino hecho retina. Tuerca trunca por decorar gatos. Los guijarros del rincón pedregoso.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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