En una hora que encalla, casi hoy muerto en una orilla lejana, prestas llegan las gaviotas. En aquellas playas y acantilados, fui niño y hombre, allí, donde se estira el cielo. Comí de las mañanas y de las escamas de los lanchones. Atlántico, sur, llamas amaneciendo como copas de pan, un alba ensangrentada. Atlántico que canta donde sueña furiosa la ola verde que se parte y enciende. Mar que canta, como le da la gana bajo una nube pampa. Madre que me recuerda, las madres y sus nubes, todas comiendo llantos. ¡Quien olvida el discurso de la arena, sus golpes, el cincel de sudestadas en el pie adolescente! ¡Y cómo sueña el hombre en esas ramblas sin el cobre de enero fundido en una mujer! Un día que ya recuerdo, o quizás un día que nunca olvido, llegarás hasta mis brazos últimos.
©Gustavo Larsen, 09/01/2016 [img align=center width=395]http://www.tripincdn.com.ar/img/buenos_aires/Mar_del_Plata/mdq11-RicardoDiotto.jpg[/img]
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