EN LA BORRASCA (Neosimbolista)
Entre ríos hablaré de las nevadas noches, acariciadas por flamas, azulándose, y olvidaré, sereno, desdoblando mi sombra. Anudaré la humedad a mis lágrimas viejas.
Porque el trecho en cuestión es parte de la única vía de acceso al vientre del tiempo con sus carreteras absurdas, responsables de la neblina y de las generosas lluvias que caen a lo largo de los recuerdos más secos, donde la erosión resulta constante en las antiguas sendas formando cascadas permanentes de otoños olvidados. Por tener una idea de la dificultad sin confirmarse, y tomando por despreciable la sencillez natural.
Y volaré, en el fondo del océano, con las alas del viento en las olas. Anidaré lejos, en las brisas lejanas porque enrojezco cuando enverdezco.
De acuerdo con las características compartidas en versiones superficialmente diferentes, ante la evidencia morfológica del aliento felino, y la sensatez de los hongos con sus ligeras suposiciones creacionistas, tan asfixiantes dentro de la gruta que estuvo insatisfecha por darle cabida a la distribución estadística, que a despecho de la espera vana, buscan ser discretos al vestir con lamentos las arenas indefensas. Aunque el atavismo pálido navegue en el crepúsculo dulce.
Inquieto, despierta el sol, helado, el corazón adormecido ennegrece, al evocar la frescura primera. Amarillandose el fulgor revive.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez Referencia útil: https://es.e-stories.org/read-stories.php?sto=12456
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