[img align=right width=450]http://media-cdn.tripadvisor.com/media/photo-s/04/0a/43/dc/the-peninsula-hotel.jpg[/img]
Amos ellos del olvido absoluto del mundo. La indolencia es guardaespaldas de mis libros profundos para que mi alma su carbón recorra, sin batir alas dispuestas a ofrendarse, ni brindar dos párpados en llanto.
La luz de sus colores diurnos fue arrastrada a dormir bajo la cursi camisa de un visitante pálido y henchido en "cashew wine". Después de todo, el que paga, para sí la mejor parte.
Caminan ahora por sus calles, juro que todos ellos, descabezados, lentos, sin sus risas ni sus dientes, ni occidental destino nocturno concebible.
Seine Bight. A tres millas del Caribe. Las dos palabras en el reverso de este telón aguamarina.
©Gustavo Larsen, 11/7/2015
Llamativo es el contraste entre el villorrio preparado para el turismo (Placencia), y la aldea "real", donde los que le sirven al mismo -muchos de ellos- viven (Seine Bight). A eso de las 9 de la noche, salen casi todos ellos a deambular sin aparente rumbo fijo. Una imagen que rarifica el aire.
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