El amor verdadero, callado asiente la amarga propuesta del silencio… que no pronuncia palabra alguna pero a la distancia sonríe o llora aguardando el feliz momento de encontrarse con el amor ansiado y tenerlo por siempre a su lado. El amor verdadero no se busca Porque él ya te está esperando… no se sabe cuándo ha de llegar pero tan sólo tú, a lo lejos, vives en sus ojos y sus pensamientos. El verdadero amor te presiente y a la misma hora que tú suspiras enamorado también él, suspira por ti. El amor verdadero no se fija en colores, formas o tamaños es quién olvida la piel y los años él, en los ojos solamente puede ver el alma, el corazón y el amor. Lo más importante es su promesa lucha hasta con la muerte, y vence para reunirse con el ser amado. Es quién sin mirar siente la mirada de su amor… en los ojos de la luna y sin siquiera el roce de las manos siente de ellas su calor y su temblor. El verdadero amor a la distancia… te sonríe, asumiendo los errores que en el camino aparecieran… olvidando vanidad o capricho. Él guarda los más mínimos recuerdos para dártelos mañana de regalo pero no quiere que este tiempo te halle con tristezas escondidas y redobla riesgos para que seas feliz ¿Qué será esperar un año, o dos… o diez? ¡Nunca será larga la espera, pues El amor verdadero siempre llega! El amor verdadero es un amor… sin prisa, sin edad; trae el tiempo y aunque tú pienses que viene lento… y la espera quisiera consumirte no receles, que todo a su momento. ¡El amor verdadero te encuentra… porque ese amor es como la muerte te lleva a una nueva vida, para siempre!
Delalma Miércoles, 21 de enero de 2015 [/size]
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