Detrás de la puerta cerrada hay nada, pues aquel sollozo de la acongojada se fue transformando en llaga calada; con dolor intenso siempre está ocultada.
Detrás de la puerta cerrada, olvidada yace en la tristeza la dama apenada, de tantos disgustos estaba cansada, su continua queja nunca fue escuchada.
Detrás de la puerta cerrada, asegurada se halla vacía una voz silenciada, buscando salirse de la encrucijada de sombras, de muerte, de vida engañada.
Detrás de la puerta cerrada, ignorada la mirada errante observa asustada, el pasar del tiempo, la angustia atrapada la temible alcoba en donde fue encerrada.
Detrás de la puerta cerrada, vigilada impide la salida a la doncella burlada, una gruesa cadena bordeando la entrada aprisiona penas del alma tronchada.
Detrás de la puerta cerrada hay nada… Nada ha soltado a esta condenada; transeúnte al volante de una luz marginada despierta conciencias siendo comentada.
Julio Medina 1 de enero del 2015
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