[img align=center width=465]http://www.gnosis.art.pl/iluminatornia/sztuka_o_inspiracji/zdzislaw_beksinski/zdzislaw_beksinski_075.jpg[/img]
Yo recuerdo, ¡sí!, a todos sus padres, silbando en los caminos de piedra y lodo, cantándole al músculo de los aserraderos, en los trenes viejos sobre la trocha generosa, sin más tiempo que el de un beso de labios agrietados en la frente, de un racimo de falanges callosas ofreciendo el contacto humano de las buenas noches. Y recuerdo, ¡claro que sí!, a sus madres. Sus delantales de pan y salsa roja, esas nodrizas indomables de los barrios, de las campiñas y su barbecho siempre hambriento de semilla y sueños de lluvia. Sus muslos, sus manos, su amor sublevándose a sus lágrimas, las de sus hombres, las de esos hijos que ellas esperan. Y me pregunto qué decirles, cómo explicarles que esta bandera debe ser lienzo más que suficiente para secarles todo el llanto, porque así lo piden esos otros padres y madres de muchos cubiertos, que algún día tendrán el estipulado privilegio de ser retratos en las paredes de sus hijos, y no como ellos, el lado vivo de sus últimos espejos.
©Gustavo Larsen, 04/01/2015
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