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Entrégame tus prados dormidos, el poniente con todo el peso de sus pájaros, esa curva en el espacio, ese rendirse, avívame la boca con los rosales ocultos.
Quítale la sombra al lumbre que espera, que me habías traído desde esos confines que me muestras, la síntesis de un lugar inaccesible. Lleva mis manos hacia el borde de algún sol y su silueta, y llevarán ellas su incontenible verso.
Yo, la antes indiferente pidiendo, tú, en la lontananza apenas dando. Entrégame el néctar que tu dices del destiempo inoportuno y que yo digo urgente.
©Gustavo Larsen, 07/10/2014
Una proyección bien imaginaria, probablemente en sibolismos de sencillo acceso y meramente masculina heterosexual (con todas las humanas limitaciones del caso) hacia el desnudo corazón y los desbordantes deseos de una mujer que espera.
La real imagen nocturna es de la isla Vaadhoo en las Maldivas. No se encuentra digitalmente modificada, dado que lo que se ve es un proceso natural.
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