Desde que vine a este mundo he estado al desamparo, dentro de un bote con agujero profundo; su esparcimiento no paro.
Me trajeron aquí involuntario para caminar este piso; me soltaron al garete diciéndome: -Anda, corre que es un guiso, olvídate de lo primario.
Fallando, tropezando con los pasos míos me caigo dentro lo insensible asustado, constatando lo desconocido cultivo lo mejor posible en este terreno baldío.
No entiendo de lo bueno ni de lo malo, pues las enseñanzas faltaron, mientras los insensatos a quienes señalo nunca su postura cambiaron.
Parece insólito pensar; pero más aun, chocante resulta estar trayendo a quien ni pidió venir a esta selva incontrolable; es cosa de miserables dejarle así descuidado, y luego dar media vuelta y seguir…
Julio Medina 30 de septiembre del 2014
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