Toda esta historia plasmada en versos sacada de un recuerdo lerdo archivado, desahogo recóndito disperso entre la membrana elástica del pasado.
Esta antigüedad sensible carece de caducidad y no puede ser anulada al instante, quizás en el modo de contarla haya disparidad, pero el meollo es el mismo, eso es lo importante.
Son sustancias imposibles de hacerlas a un lado mucho menos depositarlas en un bote de basura, vivirán contigo como destino paralelo y holgado, al salir de la guarida oyen como la murria murmura.
Una vez se anime el alma al destape acendrado empezará a descender serena la lluvia solaz, sobre cada rincón de estela despoblado intensa será la alusión, pero con frecuencia fugaz.
En cada partida dejará marcado su rastro invisible con la ventana abierta para volver aparecer, cuando el airecillo nostálgico lo haga posible y la llovizna conmovedora no pare de caer.
Julio Medina 16 de septiembre del 2014
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