ALEATORIEDAD ACRISOLADA ( Neosurrealista)
En el camino que una nube desnuda, como había ennegrecido el verdor, grácil y dócil, todo resplandece ya, pétalos hojas y viento despierto.
Entre las extrañas razones que enferman al año con relojes impidiendo parcialmente a las células reproducir su gozo con los propios defensores de la fiebre, seduciendo al aire, en tanto que los muertos, son efectos secundarios esperados, en la corteza milagrosa de la libertad, parásita del incauto, aliviando al acento diacrítico que no hace sino marcar más esta diferencia, a cualquier persona en cualquier tiempo, su llanto callado sin perder su carácter verbal, habiendo sido expresado en el plural que anduviese aquéllo que cupiere. Donde tres arcoiris dibujan campanas, al azular el blancor enrojeciendo, alabastrino el césped lejano pasa en tanto, enverdeciendo ágil...
Entre la exhumación intensiva del contrapeso arquitectónico, mariposeando los minerales con el incremento de la temprana contribución al reciclaje de las almas en aerosoles, presagiando un peor pretérito hecho cromatina fuera del cigoto. Luego de que los recuadros señalan la crueldad compasiva en el grupo limitado de las primeras premisas, interesadas en invertir sus recursos en un nuevo miedo. No obstante, las llamadas de advertencia decodificadas entre las rodillas de alas triples. De acuerdo con el fabricante autorizado de las mejores mentiras.
Porque aquel silencio yace inmóvil, como si amarillare la tarde rauda, y del sol nada ennegreciere la voz en el cántico hechizado de la nieve.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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