Todo ese sufrimiento tolerado te deja el pecho lleno de silencio, letargo de restos mostrándose al salir de ti sin ánimo el sentimiento.
Espacio tan largo, irrespirable vacío simula la dicha del amor ocultado en el interior de esa alma solitaria… Y buscas distraer al presente tardío olvidando apartar el legado del pasado haciéndote sentir la ausente necesaria, creyéndote tener libre albedrío la más feliz, toda temeraria sin echar una ojeada hacia los lados.
Rodeada de rosas prendidas en el amargor del agua salina ahogada de sigilos inquietantes… De decepciones fulminantes vestida y el desamor nunca termina de mostrarte vacilante.
Mirad con detenimiento a tu alrededor y verás que la vida continúa, en esta selva cada cual escoge el color del vidrio con el que su corazón actúa.
Julio Medina 8 de mayo del 2014
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