Quiero ser el pañuelo que seca tu llanto
ese llanto continuo, las mejillas va salpicando.
Tus negros ojos están llorando,
déjame llorar contigo bajo el mismo manto.

Mis hombros serán la esponja constante
para absolver la tristeza de tu quebranto,
esas lágrimas al rociar la piel me dicen tanto,
es la desdicha de amor de tu sollozo la causante.

Deja que mi consuelo te abrigue el alma
llorar contigo esa pena que te embarga,
sentir ese sufrimiento que tu vida amarga
hasta que muera el dolor y florezca la calma.

Julio Medina
6 de diciembre del 2010