Esa noche de tu boda el cielo estaba sin luna, pero una luz importuna te alumbraba el cuerpo toda. Vestías traje a la moda reluciéndote el cabello lo imaginaba así, bello, pero estando entre mis manos. Este viaje tan lejano lo he hecho pensando en ello.
Y cuanto más yo me alejo intensos salen los celos, socavando los anhelos de un gastado candilejo guardado como librejo. Esa noche aquel arquero vino a mí de consejero con palabras de parola diciendo:-Ya no está sola, anda con un caballero.
Y ardido fui recordando esa noche de tu boda, donde todo se acomoda a lo que estaba pasando. Allí salía sobrando, la noche que te casabas la tristeza me embargaba derrumbaba mi confianza, y al perderse la esperanza tu amor no seguí esperando.
Julio Medina 24 de febrero del 2014
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