Esta vez intento encontrar el imprevisible sendero del amor, después de muchas veces negándome a entrar a un auténtico enlace, por estar sintiendo temor.
Desde el horizonte le escucho nombrarme ¡tantas veces!, hasta lograr captar mi atención, me demuestra todo lo que tiene para darme, enloqueciendo de anhelos al corazón.
Esta vez cambio tristeza por alegría, y echo al abandono a la soledad, con quien en sus sombras me ocultaba un día prometiéndole siempre lealtad.
Le pregunté un día al amor si valía la pena volver admitirlo cada vez que me tienta, y me dijo: -He estado como una luz serena tocándote el alma, aunque tú no lo sientas.
Esta vez respiro de las flores exquisito aroma, observo de cerca relucientes mariposas volando en la ventana cuando la alborada asoma
Y estoy aquí deshaciendo el pasado, liberando esas huellas de angustia clavadas en el sentimiento, cicatrizando profundas heridas que la frialdad causaba.
Esta vez la ocasión se presenta llevándome por un camino cautivador, donde la desilusión se fragmenta dejando libre el espacio para la llegada del amor.
Cada vez que siento esta sensación aligerando los latidos de mi corazón, miro al horizonte; allá por donde el amor se acerca, y le grito a viva voz: -Venir lo antes que puedas.
Julio Medina 1 de enero del 2014
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