Qué desvarío es este amor entre tú y yo, sintiéndonos notables uno y otro: "Eres mucho para mí, pues poco soy”. "Soy más que para ti, pues no eres todo".
Eso expresamos riñendo furibundos, con ira y miel enfatizando nuestros ojos. Así sangramos al herirnos tan profundo y luego a sexo, suturamos nuestros odios.
Y cuando ruge nuestro celo por lo suyo con el instinto de las bestias apareadas, sin claudicar jamás, hasta ambos triunfos, ¡fervorosas, hieren dando nuestras garras!
Feroz alquimia preconiza nuestra unión; tanta, que dudo ser feliz con alguien más. Como tú dudas concebir en otro amor, lucha y lujuria de este duelo pasional.
Y yo no quiero vivir si tú me excedes. Y tú no quieres morirte sin mi espasmo. Bien, que si trocamos en aureolas, estiletes, ya no sería nuestro idilio, ¡extraordinario!
|