Estaba un gato en una antena trepado, intentando agarrar un pedazo de queso cortado parecido a la luna, pues el deseo que tenía de comerlo lo atrajo, y mientras más subía, más lejos estaba de alcanzarlo.
Ese pedacito menguante pendido del aire, flotando distante, lo ha seguido tantas noches y aún no ha sido bastante, quería tenerlo cerca y saborearlo al instante.
Ha llegado hasta la cima, y encontrándose en el final del trayecto, se da cuenta, que no tiene más camino para seguir adelante, pero no se dará por vencido hasta lograr alcanzarle.
La luna sigue allá arriba con tres cuartos a oscuras y uno brillando, mientras el gato acá abajo continúa pensando como lograr agarrarle.
Julio Medina 26 de noviembre del 2013
|