ODA A UN DESLAVE
En la cadena clava la espina gotas del pasado resbalando, con firmeza trozos rotos del olvido andando como piedras del dormir al despertar abundante tejedor de las campanas palpando el polvo al agua el cabello verde mordiendo la espuma como dura un minuto de silencio... ¡Deslave, clave!.
Ante el trueno enmudecido entre las cosas sudorosa piel del sol telarañas de sal inquieta en las olas negras del otoño en el plumaje. ¡Sílabas pálidas!... ¡Llave, suave!.
¡Deslave árido!. Pintando azul al cielo bajo el bosque que aplana el fuego que desde entonces cambió la vida que desprendió de los rincones las escaleras abandonadas. ¡Alas libres!. Donde se cosechan relámpagos en racimos en cenizas en anhelos... ¡Suave, llave, clave!.
¡Deslave, oh, árido deslave!. Roja semilla sin saberlo la neblina que recuerda el vaivén del callejón solitario donde danzan los suspiros en el pecho que llueven tantas plumas. ¡Aves tintas vuelos bajos!...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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