Aquí, que resuenan tempraneros los pasos del trabajo y bronce tañe, los domingos, el corazón del aire con aéreo latido de campanas,
aquí, que se escurre en la maraña, el tren avergonzado por vetusto y las calas, mantienen cual trabucos, manos en alto los aljibes placidos,
aquí, que chico, repique y piano, hilan cuerda de tres tamborileros, con fanáticos teñidos de morenos y morenos como noche con sonrisa,
aquí, que a marrón de sol vacila como toro la sombra y se derrumba, y se alza pertinaz hasta que triunfa su sangre en los rosales por bermeja,
aquí, que la paz zumba en la siesta enronquecida de mañana clamorosa por hacer trío con Alfredo Zitarrosa y el mate amargo fiel, y simbolista.
aquí, que les florece amable silla a los patios, las veredas y boliches para disfrute cardinal de copetines o la tertulia de muchachas y vecinos,
aquí, que nos enseñan desde chicos, que la vida, vale ajena como propia; donde pocos mancillan ese dogma, que los más, izamos como enseña,
aquí, me volví, iluso, y la tristeza de ir divisando lo dicho trastocado, me hizo escribir igual, desalentado, lo tan *ilustre que pintó ser Oriental.
*"Sean lo orientales tan ilustrados como valientes" José G. Artigas (prócer nacional)
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