ODA QUE DUERME
Como Piedra Al principio en el suelo invisible en el cielo Ya No hay sitio. Solo noche profunda Sin fecha. Sueños escondidos. Rincón de los cantos. Cambiando contentos. Donde navegan. Desiertos, tormentas. En bosques oblicuos. Espigas extrañas. Sombras brillantes. Llorando a vela... Ola a ola.
¡Oh, días de añoranza!. ¡Que flores y mieles!. Cantando jardines, venciendo a las cumbres. ¡Imposibles imposibles!. No se ven. Se mueven. Conversan. Del viento vagabundo. ¡Sorpresivo!. Pájaro que late. En roto suspiro. Las campanas. De piedra. Las tardes. De espuma. Inquieta. Lavando relámpagos. En cuevas preparadas. Con cama de plumas. Desnudas. Las veredas del agua. Desnudos. Los verdores del suelo, frágil en el viaje, fácil en la luna, cayendo, lentos, los minutos, ¡Que pasan encima!.
¡Sí, sí, es cierto!.
Las pérdidas viven, sobrecogedoras, recordadas, flores marchitas, guardadas por siempre, sin espacio. ¡Instantáneas!. Al despertar, viviendo, viviendo. Dentro y fuera del canto. ¡Oh, sueño eterno!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
|