PRESENTE ESCABROSO
Porque ya nadie sufre por lo que haya visto, ni el sufrimiento imita, ni el fuego es concebido, en lo bello de lo siniestro, de los años deformados. Escabroso siendo.
En la primera intención de una efímera pintura que quiso ser vidente en la orilla de una chispa en la punta más profunda de la tristeza rosada siendo creadora aún más real que el absurdo artificio que entiende de la concepción cualquier insinuación en la evasión del imposible ligero como un fracaso estruendoso luce el ejercicio candoroso condenado a ser apología cerrada endeble compendio del circunloquio gris grito donde el asidero circunspecto es crasitud globosa.
No, no, nadie sufre ya por otro, menos que en la mano cercenada, menos que en el rostro desfigurado, en la peor fealdad obscena, de estos años fabricados.
Con el valor musical aglomerado en los rincones ligeros de la paz indefensa y taciturna con el duelo encubierto en el desacierto que las venas agiganta donde el carmín serpentea los pedazos del ensueño hecho capullo que naufraga en el terciopelo naranja de los vientos y los lamentos del escudriñar enjuto porque muerden los suspiros embriagados inactivos en los muros inundados de los párpados sedeños en la gloria despreciada de los épicos floreros escondiendo la espesura del turbión desesperado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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