E.S.P.O.S.A.D.O.
Con el pozo que aletea el cristal, soñando piedras de algodón, y de luceros, el asfalto descalzo, enciela tumbas, con el tiempo preso en el olvido. ¡Cuando el mundo carga el dolor por dentro!.
Se Derrama Enmudeciendo El trino acongojado. ¡Deliberadamente comprimido!.
Al sembrar arena, arena, arena, en el corazón de la muerte ajena, con las letras del trémulo crepúsculo, con las liras del crédulo intrépido, ¡En el pozo aguarda, aguarda, aguarda!.
Por Los riscos Entrañas nacaradas. Las gaviotas cultivan. ¡Los cristales en alta noche!.
En la cúspide del péndulo. En las perlas mutiladas de un zapato, aguarda el pozo que pesa y posa, en el torso gris de una madrugada en ruinas. ¡Aguarda, con el rostro de las cuevas erizadas!.
Es Posa Dorado candado Pesado y pasado. ¡Delicioso hechizo del tormento!.
Sembrando agujas y cicuta en las ortigas. ¡Oh, flores del agrietado viento!. ¿Quién hay que saque del azufre frutos?. ¿Quién ignora los colmillos de una avispa?. ¡Oh, carne del eclipse desteñido!.
Es Afrenta Débil trofeo Navegante penumbra. ¡En la quietud anónima desnuda!.
Cuando el pozo seco fragua mariposas escarlata, en las pálidas pupilas de una silla, en los pétalos del mármol. ¡Corruptor de la impureza!. ¡En las mismas cúpulas del ósculo infernal!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|